(Inglés) Sí. Por supuesto, era feliz. Yo dije, libre, libre.

Regresábamos a nuestra casa. La maleza estaba tan alta. Pero, llevamos al abuelo con nosotros. El abuelo aún estaba vivo. Así que lo hicimos sentar en el asiento trasero y yo lo cuidaba. Cuando llegamos a casa, vimos ese tipo de hermosas rosas anaranjadas que estaban floreciendo. Así que la corté y la puse al lado de su cama. Mi abuelo dijo "Ah, es hermosa" ("Kirei dane"). Le dije "Abuelo, eso es lo que habías plantado”. Y el solo asentía con la cabeza.

Y mientras tanto, estaba el Dr. Thompson, quien era un magnífico doctor. Era un médico alemán. Es uno de los que construyó este hospital de Burbank. Era un hospital pequeño y fue ahí donde mantuvo a mi abuelo y abuela cuando fuimos al campamento. Los tenía en el sótano. Él dijo que los cuidaría.

Luego, de alguna manera, el ejército descubrió que ellos estaban ahí. Se acercaron al Dr. Thompson, llegando con rifles y pistolas. Era un ejército de personas. “Tiene aliados enemigos aquí abajo”, le dijeron. De modo que llegaron ahí y él dijo que se sentía tan mal; pero se llevaron a los abuelos.

Después de todo, el Dr. Thompson era una persona magnífica. Cuando salimos del campamento  y el abuelo falleció en la casa, incluso él tenía todo preparado con la otra funeraria en North Hollywood. Se encargó de todo el funeral de mi abuelo. El ataúd, nos consiguió las flores, todo. Así que, realmente, estoy muy agradecida con el Dr. Thompson.