(Inglés) En casa hablábamos en japonés. Mi madre era maestra de escuela y era muy estricta, en el buen sentido de la palabra. Mi padre, en cambio, no era tan estricto. Él tenía una gran colección de libros de Miyamoto Musashi, quien era un legendario samurái. Mi padre solía contarme muchas historias acerca de Miyamoto Musashi y así fue cómo él se convirtió en parte de mi vida.

Por ejemplo, mi padre siempre decía: “Como samurai, nunca saques tu espada para mostrarla. Todo lo que haces es entrenar y solo cuando te encuentres acorralado y no tengas salida, es allí cuando puedes sacar tu espada con la seguridad de ganar o de morir con honor”. Esa clase de enseñanza de Bushido, como la podrías llamar, la aprendí de mi padre. Cuando me gradué de la secundaria, un profesor de kendo, quien era el director de la secundaria, me entregó dos dagas y me dijo: “Éstas son las dagas para hacerse el seppuku o hara-kiri. Si cometieras un acto de deshonor, ya sabes qué hacer con ellas”. Bueno, yo era miedoso y no me gusta ver la sangre, por lo que las tengo en exhibición en mi casa y siempre me hacen recordar que tengo que actuar correctamente. [risas]

Así era el tipo de educación que yo recibía en casa. Pero ahora la escuela es todo lo contrario. La escuela está completamente americanizada, los amigos son todos americanos, así como los Niseis y las actividades deportivas, los boys scouts… Bueno, todo estaba americanizado: la típica escuela secundaria o la preparatoria. Era como la vida de cualquier otro americano, así que podrías decir que tengo un buen equilibrio de ambas culturas, pero en esa época no pensaba nada sobre esto, solo pensaba que era una forma normal de crecer. Pero, ahora que recuerdo todo eso, creo que tuve un poco de ambas culturas.