Fusión única

Daniel Shimidzu tenía tres años cuando llegó al Perú desde Japón. Como muchos otros dekasegi, su familia había decidido viajar hacia el país de sus ancestros para trabajar, y fue en esas tierras donde el nikkei de cuarta generación nació, creció y tuvo sus primeros encuentros con la comida japonesa.
En sus más gratos recuerdos aparecen sabores como el de los onigiri que su abuelo preparaba antes de salir de paseo, o el del guiso similar al Mabodofu que hacía su mamá con carne de cerdo molida y tofu en trozos. “Ver a mi ojiichan cocinar siempre era divertido, me …