(Inglés) En muchas formas, todos los recuerdos regresaban a mí otra vez, porque no solo se trataba de hacer un documental sino que las pinturas eran muy emotivas. Ellas realmente así lo mostraban... Y yo interpretaba estos recuerdos a través de esas pinturas. En la pintura principal o título principal de la pintura, que se usa con el logo, hay un niño que soy yo, mirando entre los muros alambrados y lo que parece un portón alambrado. A lo lejos, miraba Castle Rock al atardecer, porque siempre puedo recordar el atardecer en Tule Lake, que eran magníficos. Nunca has visto algo como eso. Incluso el otro día, cuando estaba allí, vi el atardecer y era tan hermoso. Bueno, este niño, que era yo, aparecía mirando el atardecer. Era maravilloso, como dije. Pero, en la otra mitad de la pintura, mostraba la parte de atrás. Aparezco mirando el atardecer, teniendo como fondo unos cuarteles de color gris oscuro con la torre de vigilancia a lo lejos. Se ve la torre de vigilancia y el alambrado, aunque no es el alambrado en sí, sino la forma como se veía el alambrado en primer plano, es decir, al frente de todo esto. Ésta fue la primera pintura que fue vendida. La gente veía a ese niño, que era yo, dentro de ese campo de concentración. Yo hice una pintura sobre el tren y otra sobre las gaviotas. La pintura del tren mostraba a mi padre enfermo y a mí sentado en el asiento. Él estaba en la parte de atrás en cama, acompañado de mi madre, quien lo estaba mirando. Recuerdo a cada uno de ellos. Hice una serpiente… Bueno, todas estas pinturas eran acuarelas. Hice estas pinturas en acuarelas y se vendieron.
Hice otra pintura cuando estábamos en el campo de concentración, en donde esperábamos en la fila para el desayuno. Dibujé a todos nosotros, a nosotros cuatro. Creo que era mi hermana, mi padre y esa es la razón por la que nos hacían hacer una cola. Y yo me preguntaba cómo ellos podían preparar los huevos, puesto que tenían que alimentar a setenta y cinco personas, ya que eran muchas personas que vivían en un bloque. Ellos traían las cajas con docenas de huevos, los cuales echaban con todo y cáscara dentro de una tina. Metían [risas] un tenedor con el que trituraban todas las cáscaras y lo mezclaban todo. Lo revolvían todo, con cáscara y todo. Luego, traían un colador y colaban las cáscaras. Pero, caramba, ese colador no recogía todas las cáscaras, sino que dejaba las cáscaras más pequeñas. Lo que siempre recuerdo de eso, mientras uno comía, era que yo sacaba las cáscaras mientras estaba comiendo. En esa época yo era un niño y lo hacía sin quejarme, porque eso era normal para mí. Creía que esa era la forma como uno comía los huevos, es decir, sacando las cáscaras.