(Japonés) Un día en un museo mientras hojeaba un libro decía que allí en Chancay había restos de un horno o algo así, y es entonces que dijo: “vámonos para allá”.
No se pudo localizar un horno como el que él buscaba pero sí tejidos, tejidos muy bellos. Y mucha cerámica, por cierto sobrio en el diseño, nada que ver con los encontrados en Nazca o en Moche, nada muy vistoso ni llamativo. Algo sobrio y sencillo como lo japonés pero muy noble a la vez. Se pudo apreciar que el concepto de belleza era muy parecido al que hay en Japón, por lo rústico y la sencillez. Dado que él había visto en diversos museos allí pudo apreciar que lo de Chancay tenía elementos en común con los de Japón. Será por eso que quedó atrapado y seducido por la cultura Chancay.
Todo le atraía y aunque estuviere deforme le buscaba el lado positivo de la obra. Los demás extranjeros no entendían bien lo bello y lo profundo de eso pues era demasiado sobrio. A veces había algunos objetos bastante llamativos pero se parecía más a las cerámicas de Oribe de Japón, un estilo que data de hace más de 500 años atrás (Oribe-yaki, en la región de Gifu). El creía que se parecía a las cerámicas de Oribe pues el concepto de belleza era similar al de los japoneses. Por eso creo que amó tanto la cultura Chancay.
Fecha: 18 de abril de 2007
Zona: Lima, Perú
Interviewer: Ann Kaneko
Contributed by: Watase Media Arts Center, Japanese American National Museum