En estos últimos 30 años los países latinoamericanos se han democratizado después de largos períodos en que se alternaron los regímenes militares. Sin embargo, a pesar de que hay “elecciones democráticos” cuando llegan al gobierno hay gestones que restringen - de manera no muy visible - las actividades de la oposición, detienen a políticos con excusas poco fundadas y en algunos casos hasta son asesinados. La existencia de corrupción y violencia política ha hecho que los nikkei no se aboquen mucho a la actividad política.
Sin embargo, desde la pos IIº guerra algunos descendientes lograron puestos importantes en el gobierno y los dirigentes de la colectividad no dejaron de mostrar su satisfacción. No así cuando actuaban como activistas, sea en movimientos estudiantes u obreros haciendo oposición al gobierno. Aún siendo estudiante de la secundaria recuerdo que cuando les dije a mis padres que quería estudiar ciencias políticas se opusieron muy rotudandamente1.
En casi toda América Latina a pesar de que hay democracia la política no está exenta de violencia e incluso hay situaciones donde limitan sutil o descaradamente la libertad de expresión. Durante la campaña para elecciones regionales como nacionales los candidatos se humillan y se ofenden sin escrúpulos con una carga ideológica que frena todo tipo de discusión constructiva sobre las políticas públicas. Y los temas claves se polarizan a tal extremo que nublan todo tipo de debate. Dentro de este contexto, los candidatos como sus familias son objeto de amenazas y hasta de lesiones o asesinatos. En los últimos años hubo varios candidatos en México, principalmente en el interior del país, que han sido asesinados durante la campaña2. Y el 6 de setiembre, el candidato a la Presidencia de Brasil, Bolsonaro, ex-militar y de la derecha, sufrió lesiones graves durante un mitín político3. Por tratarse de un candidato donde los medios habían prestado suma atención en los posibles resultados tuvo mucha relevancia el atentado del que fue objeto, pero en muchos casos solo son noticias locales y sin trascendencia internacional. Y los fiscales y jueces que toman estos casos suelen tener custodia porque también sufren amenazas. Esta en un poco la realidad de la “democracia política” de Sudamérica.
Por eso, cuando en 1990, en el Perú, el nikkei Alberto Fujimori ganó la Presidencia, dentro de la comunidad japonesa generó por un lado expectativas pero por otro mucha incertidumbre y hasta miedo por posibles represalias en caso de que la gestión fracase. Algunos dirigentes nikkei no ocultaron su preocupación en que un Presidente nikkei pueda incidir negativamente en los logros y los esfuerzos que habían realizado hasta ese momento. A pesar de los importantes logros del Presidente Fujimori, después de la segunda gestión de hecho se asiló en Japón como “japonés” y luego fue arrestado en Chile para ser entregado a las autoridades peruanas. Más allá de la incertidumbre que en su momento reinó los nikkei peruanos integrados a la sociedad civil no sufrieron desmanes ni discriminaciones como en la IIº guerra mundial. Su hijo Kenji como su hija Keiko siguieron la carrera política con bastante éxito y en las elecciones presidenciales de 2021 es muy posible que Keiko logre llegar a la Presidencia como su padre. De todos modos, sigue habiendo muchas señales políticas que generan preocupación en la colectividad japonesa local4.
Los inmigrantes japoneses de la primera generación “issei” como los “nissei” (2º generación) de la posguerra hicieron hincapié que la manera de retribuir a la sociedad local es ocupando cargos públicos en los organismos gubernamentales. Ya a finales de los ’70 algunos nikkei brasileños llegaron a ser congresistas federales o ministros o secretarios de Estado, generando mucho orgullo en la misma comunidad nikkei. Y en el Perú de hoy, hay varios nikkei que ocupan cargos públicos o están en la política, tanto en municipios, provincias y en los ámbitos nacionales. También, hay otros que son asesores en temas específicos para funcionarios de alto rango sin olividar que hay policías y militares nikkei que están haciendo carrera. En países como Paraguay, a pesar de que son pocos, también se observa cierta presencia nikkei en el ámbito público.
Notas:
1. Finalicé mis estudios de la secundaria en el año 1978 en pleno régimen militar. Se rumoreaba en la colectividad de que activistas nikkei habían desaparecido o que habían sido detenidos. En ese entonces, todo eso era un secreto de los adultos y nosotros los jóvenes no sabíamos casi nada. Cuando en 1983 se restablece la democracia pudimos saber que más de una decena de nikkei habían desaparecido por sus actividades anti-gobierno.
2. “Violencia política en México”, Diario La Razón (20 de junio de 2018)
En julio de 2018 se realizó en México las elecciones nacionales para Presidente y el Congreso (500 diputados y 128 senadores) y la de gobernadores en 9 Estados. Pero, un mes antes, en el Estado norteño de Coahuila, mataron al candidato Fernando Purón, al finalizar un mitín político. Según el Estudio Etellekt, entre setiembre de 2017 a junio de 2018, en México se produjeron 400 casos de violencia política de los cuales provocó 112 muertos (en 10 meses), la mayoría en elecciones municipales. Aún después de las elecciones han sido asesinados algunos candidatos elegidos. En ese año fueron asesinados 175 políticos. (Etellekt)
3. Dicho candidato logró la Presidencia en la segunda vuelta y asumirá su cargo el 1 de enero de 2019.
4. A principios de noviembre de 2018 la Fiscalía peruana ordenó la prisión preventiva de Keiko Fujimori por sospechas de estar involucrada en el caso Odebrecht. Para evitar su fuga ordenó 36 meses de prisión, algo inédito, sin existir una orden de arresto por un delito específico. Hay mucha especulación y algunos argumentan que esta medida es más de orden político para evitar que Keiko se presente y gane la Presidencia en el 2021.
“Keiko Fujimori | Abogada presentará este lunes su apelación a la prisión preventiva”, RPP Noticias (1 de noviembre de 2018)
© 2018 Alberto J. Matsumoto