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Estudiantes que vienen de Asia quieren trabajar en firmas japonesas del exterior

Seminario de Ubicación Laboral de estudiantes chinos, vietnamitas y nepaleses, entre otros. Organizado en la ciudad de Yokohama, el 9 de setiembre de 2016.

En setiembre de 2016 tuve un una solicitud de la Kanagawa International Foundation para dar una charla sobre inserción laboral de los estudiantes extranjeros de Asia. Ellos vienen a estudiar al Japón para aprender de manera muy intensa el idioma japonés, ingresar a una escuela técnica o una universidad y luego quieren trabajar en una firma japonesa. Hasta ahora, he tenido diversas experiencias en orientar a los estudiantes de América Latina, tanto los que vienen con una beca o que desde pequeño residen aquí y han estudiado desde la primaria en las escuelas locales. El evento ha sido organizado por las mismas escuelas técnicas “senmon gakko”, la asociación de vietnamitas y nepaleses de Japón y varias instituciones públicas y privadas, a fin de indicar las pautas de búsqueda laboral a través de los que ya tienen experiencia laboral y las consideraciones legales y tributarias para no infligir la ley migratoria de Japón, cuyo tema estuve a cargo. Dada la enorme cantidad de estudiantes asiáticos se dividió en dos grupos, una por la mañana y otra por la tarde, y varios centenares se acercaron a este taller, donde las charlas orientativas se dieron de manera rotativa en vietnamés, nepalés y desde luego, en japonés.

La gran mayoría eran estudiantes de idioma japonés pero a pesar de tener un año o un poco más de estadía tenían un buen nivel de comprensión, pues varios de ellos habían tomado clases en el país de origen antes de venir a Japón. También, unos cuantos estaban en proceso de búsqueda de empleo para una vez finalizado su cursado ubicarse en alguna empresa japonesa.

Según los datos de Migraciones de Japón, al mes de diciembre de 2015, aquí viven 2.2 millones de extranjeros de los cuales 1.8 millón son oriundos de los países asiáticos (660.000 chinos, 460.000 coreanos, 230.000 filipinos, 150.000 vietnamitas y 54.000 nepaleses, etc.) y tan solo 230.000 son de America Latina, o sea el 11%. Los asiáticos siempre han sido la mayoría pero el aumento que se observa en estos últimos años es por la presencia de estudiantes “ryugakusei” y practicantes con el visado de “ginojisshu”. En esta última categoría trabajan de hecho unos 190.000 extranjeros, de los cuales 85.000 son chinos, 55.000 vietnamitas y 16.000 filipinos, quienes prestan servicio como aprendices en el sector manufacturero, procesamiento de alimentos, fabrica de ropas, servicio de limpieza en edificios y departamentos, selección de cargas y encomiendas, etc. Si bien el visado permite esta tareas con el objeto de capacitar a los extranjeros, la realidad es que muchos de ellos están trabajando de 10 a 12 horas por día y no necesariamente en las condiciones adecuadas. La necesidad de mano de obra en estos sectores está promoviendo estos hechos ilícitos pero la necesidad de los mismos estudiantes y practicantes de enviar remesas a sus familias no encuentra una solución o un freno a estos excesos.

Y de los 240.000 estudiantes extranjeros donde una buena parte vienen de países con bajos ingresos o no muy desarrollado, se observan situaciones irregulares porque muchos superan las 28 horas semanales de trabajo permitido. Se han reportado situaciones donde trabajan en negro y reciben su salario sin boleta y por ende es muy difícil identificar a los empleadores. Estos estudiantes tienen un visado de estudio en donde pueden trabajar dentro del límite estipulado por la ley migratoria, pero al parecer muchos superan esas horas por las necesidades económicas que tienen. Sin embargo, estas infracciones si se descubre inciden muy negativamente en el tramite de cambio de visado aunque tengan la confirmación de empleo.

Es la mesa de Hello Work de Yokohama con cientos de ofertas de trabajo de firmas japoneses que desean que estos estudiantes extranjeros trabajen para ellos, aquí en Japón o en el exterior.

Hoy en dia es muy usual ver estudiantes extranjeros que atienden en las tiendas de conveniencia y restaurantes, pues solo como “ryugakusei” hay unos 100.000 chinos, 50.000 vietnamitas y 20.000 nepaleses. Los coreanos están en una tendencia decreciente y no llegan a 15.000. Y los latinoamericanos apenas rondan los 1.000, de los cuales la mitad son de Brasil.

Seguramente los latinos conocen poco de los vietnamitas y los nepaleses, y muchos tienen la imagen de que son países pobres con muchos habitantes. Sin embargo, al menos Vietnam es uno de los países que más inversión extranjera está recibiendo y muchas firmas, incluyendo las japonesas, se están instalando o reubicando sus fábricas en este país. Su economía es socialista pero esta apertura al capital extranjero y la laboriosidad de la gente es muy atractivo para los inversones. Es un país que históricamente ha sufrido conflictos y las apetencias de las potencias vecinas y lejanas, pero aunque fueren invadidos en diversas ocasiones jamás perdieron una guerra, salvo la breve ocupación francesa en la pre IIº guerra mundial (Desde 1887 hasta 1945, junto a su vecina Cambodia quedaron bajo el dominio francés). Su extensión territorial es cercano al de Japón y tiene 90 millones de habitantes, con un PBI de 200.000 millones de dólares y un ingreso per cápita de unos 2.000 dólares anual (el tercio del de Perú).

Y Nepal es un pequeño país ubicado en la Cordillera del Himalaya al norte de la India y su superficie es la mitad de Kyushu con 27 millones de habitantes. Sin embargo, por su difícil relieve y geografía la infraestructura social y económica es insuficiente y aún sigue muy alta la tasa de analfabetismo y de mortandad infantil. Su PBI ronda los 20.000 millones de dólares y el ingreso anual es de solamente unos 700 dólares o sea unos 75.000 yenes al año (6.000 yenes por mes).

Si comparamos con algunos indicadores de los países de América Latina, se podría decir que Vietnam tiene un ingreso equivalente a la mitad de Paraguay y menos que la de Bolivia. Y el de Nepal es casi igual que el de Haití, uno de los países más pobre del mundo. Sin embargo, Vietnam está creciendo económicamente, es pujante y hay muchas posibilidades de progreso. Hay más de 1.500 empresas japonesas instaladas y el monto de las inversiones oscila los 2.000 millones de dólares y reside unos 15.000 ejecutivos, ingenieros y técnicos japoneses de diversas especialidades (México tiene cerca de 900 empresas japonesas instaladas y 9.500 japoneses y Brasil tiene 540 firmas con 54.000 japoneses con permanencia de mediano y largo plazo).

Y Nepal es un país sísmico que en abril de 2015 sufrió un terremoto de gran intensidad donde provocó 9.000 muertos, decenas de miles de heridos y un enorme daño económico. Al año y medio de ese desastre natural cerca de 20.000 personas seguían en situación de refugiados en las colinas en condiciones muy duras.

Teniendo en cuenta estas consideraciones generales, la presencia de los estudiantes y practicantes de estos países no es casual y la verdad es un “complemento” casi inevitable, pues existen fuertes razones para venir a Japón, estudiar y trabajar hasta los límites admitidos o más si fuere posible. Dentro de este contexto, para evitar los vergonzosos abusos de los empleadores se han aprobado algunas reformas para controlar y sancionar con mayor rigor las infracciones y actos ilícitos a la ley laboral y de migraciones1. Lo que no se puede negar es que la gran mayoría de estos jóvenes estudian el idioma japonés con mucha dedicación y esfuerzo y anhelan trabajar y quedarse en Japón cuando terminen sus estudios. Necesitan trabajar para dar una mayor tranquilidad a sus familias y pagar las deudas contraídas para venir a este país. Pero, lamentablemente lo que ha aumentado es también la tasa de criminalidad de estos nacionales y en algunos delitos están superando a la de los chinos y por ende es un indicador muy preocupante para la sociedad japonesa2.

A pesar de que desean quedarse en Japón, no son muchos los que logran un buen empleo, el visado correspondiente y la posibilidad de hacer una buena diferencia, aunque para ellos la experiencia en Japón es sumamente importante para dar un salto cualitativo cuando regresan a sus países. En ese sentido, dentro de las limitadas posibilidades que tienen se van abriendo camino con mucho esfuerzo y sacrificio, nada comparable a los jóvenes japoneses o a los nikkei que viene con una beca pública. Será por eso que las empresas ven con mucho entusiasmo este “manpower” que es y podría ser aun más el caballito de batalla para los negocios globales dentro y fuera de Japón.

Notas:

1. El 18 de noviembre de 2016 se aprobaron varias reformas legislativas y entró en vigencia la Ley que regula a los practicantes laborales extranjeros “Gaikokujin Ginojisshuseido Tekiseika-Ho." Las penas será más elevadas a los empleadores.  

2. Cambios en el mapa delictivo de los extranjeros, los vietnamitas superan a los chinos. Diario Sankei, 2016.11.27

    

© 2017 Alberto Matsumoto

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Sobre esta serie

El licenciado Alberto Matsumoto encara las distintas facetas del Nikkei en Japón. Desde la política migratoria sobre la inserción al mercado laboral del inmigrante hasta su inculturación a las costumbres y lenguaje japonés a través de la educación primaria y superior. Analiza la vivencia interna del Nikkei latino con su país de origen, su identidad y su convivencia cultural personal y social en un contexto cambiante de globalización.

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Acerca del Autor

Argentino, descendiente de segunda generación, radicado actualmente en Japón. Es licenciado en Relaciones Internacionales en la Universidad del Salvador, Buenos Aires. En 1990 obtiene la beca del Ministerio de Educación de Japón y realiza sus primeros estudios en la Universidad de Tsukuba. Luego, en 1997 obtiene la Maestría en Derecho Laboral y Económico en la Universidad Nacional de Yokohama. Director General de la Consultora Idea Network, especializada en traducciones jurídicas. Ha sido intérprete judicial en la Corte de Tokio y Yokohama por más de 20 años. Es profesor de Español en la Prefectural de Shizuoka y de Economia, Sociedad y Derecho de América Latina en la Facultad de Derecho de Dokkyo University. También imparte sobre Historia de la Inmigración Japonesa y Sistema Educativo de Japón, en la Kaigai Nikkeijin Kyokai para los becarios Nikkei de la JICA. Ha publicado varias obras como la Ley de Migraciones de Japón, Impuesto a la Renta , en castellano, y en japonés: Los 54 capítulos para conocer la Argentina (Akashi Shoten, 2005), Aprenda el español con solo escuchar el CD (Chukei Shuppan, 2007), etc. En 2017 obtuvo el Premio Gratitud a la Cooperación Internacional del Presidente de JICA -Agencia de Cooperación Internacional de Japón y en 2018 estuvo a cargo del análisis e informe del estudio de las comunidades nikkei de México, Cuba y Argentina, de la División América Latina de la Cancillería de Japón (Gaimusho). http://www.ideamatsu.com/

Última actualización abril de 2020

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