Mi partida de nacimiento dice Jimmy Seiji. Muchos de mis amigos me han preguntado al escuchar mi nombre "¿Tu nombre real es Jimmy o Jaime?" y yo les digo que me llamo Jimmy, así está en mi partida de nacimiento.
Al preguntarles el porqué de mi nombre a mis padres, me comentaron que al nacer, ellos no tuvieron tiempo de pensar en un nombre (ya que solo se preocupaban que su único hijo varón nazca bien). Al haber nacido y no tener pensado un nombre, no se les ocurrió mejor idea de preguntarles a mis padrinos por el nombre. Ellos propusieron Jimmy por Jimmy Carter, el presidente de EE.UU. en esos momentos, de acuerdo a ellos.
Lo gracioso de esto es que si esa era la razón, en verdad debí haberme llamado Ronald, pues al haber yo nacido en 1986, el presidente vigente era Ronald Reagan (aunque Ronald Amemiya no sé si les hubiera gustado a mis padres, o a mí).
Tras haber satisfecho la curiosidad sobre mi primer nombre, el segundo nombre llama más la atención: Seiji.
¿De dónde viene este nombre? Pues mi ojiichan y obaachan eligieron este nombre para mí cuando nací. Si bien no tengo un recuerdo en imágenes de mi ojiichan, este nombre (que casi no uso en la actualidad) lo llevo con mucho cariño, pues mis padres me contaron que cuando yo nací, mi ojiichan ya tenía una edad bastante avanzada y esa fue la última vez que salió de casa antes de enfermar y fallecer.
Hace ya algunos años atrás quise averiguar el significado de mi nombre en japonés, para lo cual busqué en un diccionario de traducción (pues no sé casi nada de nihongo). La primera reacción que tuve fue de confusión, pues no esperaba que la traducción de mi nombre (aunque puede ser que sea otro Kanji) sea de una persona que tiene que ver con la política o el gobierno. Lo más raro de todo es que de la manera que he crecido, donde he estudiado y como prefiero trabajar, soy una persona que no le gusta la política en absoluto, prefiero ser bastante pragmático y directo al tratar con las personas.
Quizá, la razón por la que mis abuelos eligieron este nombre sea por la relación que tiene con mi nombre occidental (habiendo elegido el nombre de un gobernante). Y si alguno cree en que los nombres forman a las personas, puede ser que la traducción de Seiji se acerque más a alguien que tenga que ver con liderazgo, pues es una de las cosas en las que he estado practicando activamente desde que me encuentro en la universidad, aunque sigo odiando la política nacional.
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Nuestro Comité Editorial seleccionó este artículo como una de sus historias "Nombres Nikkei" favoritas. Aquí están los comentarios.
Comentario de Javier Garcia
En el caso del primer texto, “Mi experiencia como dekasegui", por Santos Ikeda Yoshikawa, rescato la experiencia de identificación (que no es lo mismo que identidad) y los conflictos que ello ocasiona en un nikkei, especialmente por las dificultades que enfrenta de modo emocional y social. Sin embargo, me inclino por el texto de Jimmy Seiji porque considero que se ajusta más al propósito del proyect, por cuanto están presentes la elección del nombre como un factor de cultural, los motivos y casualidades que pueden definir una identidad, así como el trasfondo familiar; la evocación de los ancestros y las raíces principalmente, sobresaliendo una costumbre que no deja de carecer de importancia con el paso del tiempo y los hábitos de las generaciones.
Comentario de Alberto Matsumoto
Nuestros padres cuando colocan un nombre en japonés siempre buscan en los “kanji” los ideogramas que tienen determinados significados, con mucho anhelo para el futuro en base a los ancestros, algún hecho o personaje importante de la historia. Seguramente el “SEIJI” debe tener determinados “kanji” que reflejan esos deseos de los abuelos. Hubo países como la Argentina y otros que por ley no se podía poner nombres extranjeros, solo sí los apellidos. Por eso, aunque de chico algunos tengan un poco de vergüenza es muy importante tener un nombre japonés que los abuelos o los padres los hayan colocado y además estén registrados en las partidas oficiales de nacimiento.
Es un artículo que el autor recuerda esa historia y si bien todavía no sabe a ciencia cierta cuáles son los “kanjis” de su nombre, esa inquietud es lo que anima a recordar sus ancestros y sus raíces. Aunque no llegare a ser el Presidente de la República si hace honor al buen nombre de su familia, qué más. Ya ellos estarán orgullosos del autor.
© 2014 Jimmy Seiji Amemiya Siu
La Favorita de Nima-kai
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