¡Rin rin! "¡¿Hola?!" "¿Quién habla?" "........" Necesitaba un poco de tiempo para responder. Intentaba reconocer la voz al otro lado del teléfono antes de decir mi nombre. Mis parientes, amigos de la familia y miembros de la escuela nihongogakko1 me dicen Mamoru, pero los demás me conocen como Claudio. No estoy inscrito en el registro civil como Mamaru, sin embargo, algunas personas, incluso parientes, no saben o no recuerdan que también me llamo Claudio. En cuanto supe que mi esposa Cristiane estaba embarazada tuve una certeza: ¡mi hijo no podía tener esa duda! ¡Iba a tener un solo nombre!
Nací en 1971, en São Bernardo do Campo, en los alrededores de la gran San Pablo. Soy 75% sansei y 25% yonsei, ya que mi abuela Miyoko Sampei (en realidad, inscrita por error como Mioco), que vivía conmigo, había nacido en Brasil, para ser más exacto en Santo Anastácio, en el interior de San Pablo. Mi bisabuelo Asami Honda (de soltero, Anzai), de Fukushima, llegó en 1912 en el Itsukushima-maru, el cuarto navío de inmigrantes en llegar al puerto de Santos. Mi bisabuela Hana Honda (de soltera, Saito), también de Fukushima, llegó en 1913 en el Wakasa-maru. Mis otros abuelos, Toyo Takeuchi (de soltera, Ueno), Itsumu Sampei y Shusuke Takeuchi, todos llegaron antes de la Segunda Guerra Mundial, provenientes de Hokkaido (1930), Chiba (1931) y Akita (1933), respectivamente. Mis padres, Jorge (que en realidad era Jouji, pero lo habían inscrito como Jorge) e Irene (cuyo nombre japonés era Kiyoco pero la habían anotado con C en lugar de K en el registro), dicen que mis nombres los eligió mi abuela Miyoko. El gran éxito en esa época era la telenovela "Hermanos Coraje", dos de los tres actores que interpretaban a los hermanos se llamaban Claudio: Claudio Cavalcanti y Claudio Marzo. Por lo que creo que muchos de mi generación llevan ese nombre, hasta los nikkeis. Mamoru lo escogieron sin ningún motivo especial, pero como era costumbre en la familia, no fui inscrito con un nombre japonés. El nombre japonés hubiera sido difícil de aprender a escribir.
Como mi hijo tiene primos por parte de madre en Japón que no hablan portugués, él tendría que tener un nombre fácil de pronunciar tanto en Brasil como en Japón. Y como tenemos amigos en varias partes del mundo, un nombre que no lo averguence en ningún lugar, ni por su significado, ni por su pronunciación. Buscamos en internet, consultamos libros y finalmente decidimos el nombre Naoki. Como era japonés, hasta elegimos el kanji. "Nao" sería el mismo del bisabuelo por parte de la madre, Naomichi, y "Ki" sería el "Teru" de Teruaki, mi primo en tercer lugar que vive en Japón y con quienmantengo contacto. También consultamos la numerología japonesa, que decía que el apellido Sampei y los ideogramas elegidos para Naoki serían una combinación muy equilibrada.
Mi esposa iba de un lado para otro con su enorme barriga y una de las preguntas que todos le hacían era: "¿Cómo se va a llamar?". En algunas ocasiones, entre amigos de la empresa, cuando ella respondía "Naoki" el comentario se repetía: "¿Pero no era varón?". Para algunos brasileños Naoki, suena como nombre femenino. Eso decía mi esposa preocupada y entonces surgió el tema de un nombre “brasileño”. Me opuse. Pero frente a su insistencia, se eligió Victor. Victor era un nombre simple y conocido en varios lugares del mundo. Después del nacimiento, al momento de inscribirlo en el registro, incluso dude. Casi queda inscrito como Naoki solamente, pero no podía contrariar a la madre en ese momento.
Nació entonces el día 17 de diciembre de 2008 ―el año del Centenario de la Inmigración Japonesa en Brasil, el día del aniversario de la fundación de Bunkyo (Sociedad Brasileña de Cultura Japonesa), con sus antepasados provenientes de Hokkaido, Akita, Gunma, Chiba, Tokio y Nagasaki y en San Pablo, la ciudad con mayor número de descendientes de japoneses del mundo,― Victor Naoki Sampei, con un nombre típicamente nikkei brasileño. Esperemos que bien así, no tenga que pensar antes de responder al contestar el teléfono.
Nota:
1. Escuela japonesa
* Esta historia fue desarrollada durante el Taller de Nombres Nikkei realizado en el Bunkyo en São Paulo, Brasil el 26 de octubre de 2014.
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Nuestro Comité Editorial seleccionó este artículo como una de sus historias “Nombres Nikkei” favoritas. Aquí están los comentarios.
El comentario de Laura Hasegawa
Todos los escritos han sido emotivos y que me han permitido pensar y reflexionar en nuestras raíces y en el legado que nos han dejado. Por lo tanto, elegir uno solo dentro de ellas no ha sido tarea fácil.
Pero, en última instancia el que más me ha gustado ha sido la historia de Claudio Sampei que relata cómo ha sido el historial de su familia. En su relato uno puede sentir de cómo han buscado la mejor manera de satisfacer a los abuelos paterno y materno para poner el nombre del primer hijo mayor “chonan”.
Y en el escrito de Jorge Nagao también hay elementos muy interesantes pues en la parte final de su artículo describe con mucho humor e ironia describe esas situaciones que han pasado y sigue habiendo en la sociedad brasileña con los nombres japoneses.
© 2014 Claudio Sampei
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