A finales de febrero de este año [2024], Daniel Saucedo Segami, doctor en Arqueología y Antropología (PhD) y peruano nikkei de cuarta generación, concretó un proyecto de especial interés para la comunidad académica vinculada al tema de la nikkeidad.
La Universidad Ritsumeikan, a través de su Centro de Investigación de las Civilizaciones de la Cuenca del Pacífico (Ritsumeikan PPC), firmó el 22 de febrero dos convenios con dos reconocidas instituciones del Perú: el Instituto Riva-Agüero de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y la Asociación Peruano Japonesa (APJ), que tiene bajo su dirección el Museo de la Inmigración Japonesa al Perú “Carlos Chiyoteru Hiraoka”. Estos convenios de carácter específico impulsarán la ejecución de proyectos de investigación sobre la inmigración entre Perú y Japón, y han sido concretados gracias a la iniciativa y gestiones del Dr. Daniel Saucedo Segami.
¿Quién es Daniel Saucedo Segami?
Daniel nació en Perú y reside en Japón desde hace 22 años como investigador y docente universitario. Su inquietud por la nikkeidad comenzó desde el colegio, cuando empezó a notar que era diferente a sus compañeros por usar palabras en nihongo como bakatare o hablar sobre el butsudan, sin que faltaran expresiones de desconcierto como “¿qué es eso?”, según reveló en una entrevista.1
Esta inquietud continuó incluso durante la universidad, pero ya no solo giraba en torno a la historia familiar, sino también a la migración y diáspora de japoneses al Perú, por lo que decidió incluirlos en sus temas de investigación.
Graduado en Arqueología por la PUCP y ahora profesor asociado (categoría Tenured) en la Universidad Ritsumeikan, Daniel también es miembro y actual coordinador del Instituto Riva-Agüero en Lima, Perú. Daniel es además el único peruano residente en Japón que forma parte de la reconocida Misión Arqueológica Japonesa en los Andes, creada hace 65 años y que es conocida en corto como la “Misión Japonesa”.
Dos becas antes de radicar en Japón
Daniel viajó a Japón por primera vez en el 2001, mientras estudiaba el pregrado de Arqueología en la PUCP. Se ganó una beca para estudiar en la Universidad de Osaka por un año, gracias a un programa de intercambio que mantienen ambas universidades.
Daniel recuerda a su profesor Hidefuji Someda, un destacado historiador de temas andinos que fue su tutor y quien más tarde lo presentó al doctor Yuji Seki de la Misión Japonesa. Aunque de ambos recibió sugerencias sobre cómo seguir los estudios de postgrado, Daniel aún no tenía una decisión definitiva y regresó al Perú para terminar el pregrado.
En el 2003, ya graduado de la universidad, Daniel participó por dos meses en el Barco Mundial de la Juventud (SWY) y poco tiempo después, ganó una beca del kenjinkai para estudiar en la Universidad de Kumamoto durante un año. Tras estas experiencias, Daniel decidió hacer la maestría en Japón e ingresó a la Universidad de Okayama.

Su mayor preocupación: las becas y el desempleo
“Pensé ilusamente que podría conseguir una beca mientras estudiaba la maestría”, comentó, al darse cuenta de que la mayoría de las becas se ofrecen para programas de pregrado y doctorado. Sin embargo, Daniel logró conseguir una beca en el último año de maestría. “Era la más pequeñita de todas las becas que he tenido”, recuerda. Debido a que la subvención era insuficiente, Daniel tuvo que buscar un trabajo de medio tiempo, “al igual que lo hacen muchos estudiantes japoneses”, y recibir el apoyo de su familia para poder continuar con sus estudios.

Pero la suerte de Daniel cambió cuando comenzó el doctorado, ya que consiguió una beca que él considera superior a la beca Monbusho o el fondo de la Sociedad Japonesa para la Promoción de la Ciencia (JSPS), la que le permitió estudiar y realizar trabajo de campo en Japón de manera simultánea. “La beca «Research Fellowships for Young Scientists» de la JSPS, a la que postulé bajo la categoría Doctoral Course (DC), te financia dos años de doctorado con un sueldo y, además de eso, te da un fondo de investigación”, explica.
Pero una vez terminado el doctorado, otra preocupación era el desempleo. El Museo Nacional de Etnología, donde Daniel realizó su doctorado, no tenía estudiantes de pregrado ni de maestría, lo que significaba que no había puestos que él pudiera ocupar como jefe de prácticas o docente. Sin embargo, en el 2013, Daniel consiguió una plaza como profesor de idioma español en la Universidad Doshisha en Kyoto, gracias al contacto de una amistad.
Único peruano residente en Japón que pertenece a la Misión Japonesa

Japón es uno de los países que más ha invertido en labores de investigación, implementación de equipos y conservación de sitios arqueológicos en el Perú, incluso con el envío de expertos.
La “Misión Arqueológica Japonesa en los Andes” es la misión extranjera más larga y continua de investigación académica sobre arqueología en el Perú desde 1958 y Daniel es el único miembro que tiene nacionalidad peruana y reside en Japón.
Daniel conoció la Misión Japonesa a través del Dr. Yuji Seki, su actual líder y profesor emérito del Museo Nacional de Etnología de Japón, donde Daniel hizo el doctorado entre el 2008 y 2014.
A pesar de que los estudios de doctorado suelen durar tres años, esta duración puede extenderse hasta siete años para los doctorandos que realizan trabajos de campo fuera de Japón, como fue el caso de Daniel, que viajaba constantemente al Museo Sican en Lambayeque, Perú, mientras hacia el doctorado en Japón.
“Soy como un pulpo”
En la actualidad, Daniel trabaja en varios proyectos en simultáneo. Podemos destacar el proyecto Pacopampa (departamento de Cajamarca, Perú), donde trabaja en conjunto con el Dr. Yuji Seki en la construcción de un centro de interpretación comunal, y el proyecto propio “Huacas de La Molina” (distrito de La Molina, Perú), que busca recuperar la historia del distrito; además de proyectos vinculados a instituciones.

Siendo arqueólogo, antropólogo cultural y profesor especializado en español como lengua extranjera, Daniel se dedica además a investigar una variedad de temas, mayormente relacionados con áreas de su especialidad.
Universidad de Ritsumeikan
Son varias especialidades que Daniel domina, por lo que son varias las universidades donde él ha ejercido la docencia, como la Universidad Kwansei Gakuin, la Universidad Setsunan, la Universidad Municipal de Estudios Extranjeros de Kobe y la Universidad Ritsumeikan, donde actualmente es docente universitario e investigador.
Daniel ingresó a Ritsumeikan como instructor a tiempo completo (shokutaku) de español y cultura latinoamericana en el 2017 y a partir del 2020, es profesor asociado (junkyouju o tenured) de la Facultad de Ciencias Políticas. Sus antecedentes como investigador y su dominio nativo del español encajó perfectamente con el perfil que buscaba la universidad para ese puesto.
En este año, Daniel fue designado además jefe del Departamento de Español de Ritsumeikan, que está conformado por 32 profesores, de los cuales 9 provienen de España y Latinoamérica y 23 son de Japón. De los cinco profesores latinoamericanos, Daniel es el único peruano del Departamento con categoría Tenured.
Además de docente, Daniel forma parte de dos centros de investigación de la Universidad Ritsumeikan. Uno se enfoca en las civilizaciones de la Cuenca del Pacífico y el otro centro, en el patrimonio y mitigación de desastres naturales.
El Centro de Investigación de las Civilizaciones de la Cuenca del Pacífico (Ritsumeikan PPC) es el centro que firmó los convenios con dos instituciones peruanas.
Nota:
1. Entrevista realizada por Enrique Higa para la revista Kaikan y publicada en Discover Nikkei.
© 2024 Milagros Tsukayama Shinzato