Ya faltan apenas 2 meses para las Olimpíadas de Río 2016, pero cuántos de los lectores saben que hace mucho tiempo atrás hubo dos descendientes de japoneses (nikkei) y un japonés que ocuparon el podio de los premiados. Eso ocurrió en la Olimpíada de Helsinki (Finlandia) de 1952, en natación de 1.500 metros estilo libre, donde el 1º puesto lo ocupó el joven nikkei norteamericano oriundo de Hawaii llamado Ford H. KONNO, el 2º puesto fue para el japonés Shiro HASHIZUME, y el 3º puesto para el nikkei brasileño Tetsuo OKAMOTO. Para el Brasil, esta medalla de bronce fue la primera en la historia olímpica de natación y desde luego un logro enorme para la comunidad nikkei. No hay duda que este trofeo fue y es digno de orgullo para todos los nikkei del mundo y es una linda historia que vale la pena recordar en cada Olimpíada.
Tetsuo OKAMOTO nació en la ciudad de Marília (Estado de Sao Paulo), en 1932 y es hijo de japoneses de segunda generación “nissei”. Su padre, Sentaro, era oriundo de Hokkaido (norte de Japón) y su madre, Tsuyoka, de Fukuoka (sur de Japón, en Kyushu). Marília está a 440 km al noroeste de la Ciudad de Sao Paulo y es uno de los municipios que más ha prosperado dentro del tronco ferroviario Paulista. Tanto antes como después de la guerra, varios miles de familias japonesas se instalaron en la zona y se dedicaron a la agricultura. Dentro del Estado de Sao Paulo es una de las comunidades donde los japoneses han tenido una importante presencia.
La partida de nacimiento de Tetsuo es el Nº 36 por lo que su vida es la historia misma del municipio. Comenzó a nadar hacia el año 1940 cuando tenía 7 años de edad, que es justo cuando estaba por comenzar la segunda guerra mundial.
Según el periódico Paulista Shimbun (de la colectividad japonesa que luego se fusiona y se tranforma en Nikkey Shimbun) del día 18 de setiembre de 1952, hay un artículo donde señala que Shinzo TOZAKI y Yoichi YAMASAKI construyeron en su predio una “Pileta Japonesa” de 25 metros de largo por 12 de ancho, cuyo costo fue de 50 conto (habían previsto 30 conto, asi que había superado el presupuesto inicial).
Tetsuo sufría desde chico asma y a fin de fortalecer su capacidad física su padre le recomendó ir a la pileta. En el periódico Nikkey Shimbun del 14 de agosto de 2004, Okamoto señala en una entrevista que: “esa pileta de campo no tenía azulejos y era más bien un arroyo con una barricada por lo que había siempre sapos nadando. Cuando nadábamos enseguida se enturbiaba el agua y aunque abríamos los ojos no se veía nada”.
Un alba en una época muy dura para los inmigrantes japoneses
Los años previos y posteriores a la IIº Guerra Mundial es cuando Tetsuo pasa su infancia y para toda la colectividad japonesa del Brasil es una etapa muy dura y amarga.
Desde 1937, por las políticas nacionalistas del Presidente Getúlio Vargas se van produciendo restricciones hacia los extranjeros. En 1938 se prohíbe la enseñanza en idioma extranjero a los niños menores de 10 años de edad y a finales del mismo año se clausuran todas las escuelas extranjeras, tanto de los japoneses como de los italianos y alemanes. Y en julio de 1941 quedan clausuradas todas las redacciones de los diarios japoneses de Brasil. Esta medida significó para los inmigrantes japoneses el fin del futuro de sus hijos que estudiaban el idioma japonés y la pérdida de todo contacto auditivo y visual en su propio idioma.
En enero de 1942 se realizó en la ciudad de Río de Janeiro una Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores y, salvo la República Argentina, todos los demás 10 países de Sudamérica aprobaron la resolución de cortar las relaciones económicas con los países del Eje y el día 29 del mismo mes Brasil rompe las relaciones diplomáticas con estos tres países donde estaba Japón.
En base a las normativas dispuestas por la Dirección de Seguridad Pública del Estado de Sao Paulo, los extranjeros oriundos de dichos países fueron declarados “ciudadanos de países enemigos” y por ende se dispuso una serie de medidas que limitaron la vida de los inmigrantes japoneses como ser la prohibición de publicar y distribuir material escrito en el idioma de esos países, hablar en la vía pública en esos idiomas, trasladarse o cambiar de domicilio sin la autorización de la Dirección de Seguridad Pública, etc.
Por otra parte, si bien la “Pileta Japonesa” quedó construída no obtuvo el respectivo permiso porque había algunas irregularidades en las documentaciones y por lo tanto fue prohibido su uso por parte de la autoridad local. A ese efecto, Tozaki y Yamasaki se dirigieron a la Ciudad de Sao Paulo para solicitar al Director General de Deportes del Estado de Sao Paulo a que sea revisado esa negación.
Y al contrario de lo previsto, como lo comenta en el mismo periódico: “Nos enseñaron muy amablemente los papeles que debíamos ordenar, y dado que estábamos en situación de guerra y el proyecto quedó temporalmente clausurado, Basilia emitió extraordinariamente un “passe” (permiso) de autorización”. Por eso, podemos decir que de una u otra manera: “el Director General Basilia fue quien permitió que Tetsuo Okamoto se entrenase y se forme como atleta olímpico de Brasil”.
Fue una situación muy peculiar porque los japoneses eran considerados “extranjeros enemigos”, pero aun dentro de ese contexto Okamoto pudo seguir entrenándose en natación.
Y en la posguerra inmediata, a partir de marzo de 1946 se produce un lamentable enfrentamiento entre “ganadores y vencidos (Kachimake Toso)” y la colectividad japonesa entra en una etapa muy oscura y confusa con una lucha intestina sin precedentes.
Desde que los periódicos japoneses locales quedaron clausurados en 1941, los inmigrantes solo tuvieron noticias de Japón a través de los comunicados del Cuartel General Imperial de Japón que se podía escuchar solo por onda corta “Tokio Radio”. Por eso, la inmensa mayoría de los colonos japoneses creían sin dudar en absoluto que lo que escribían los periódicos brasileños era una “conspiración o intriga norteamericana”.
Cuando llegan las noticias de que Japón se había rendido incondicionalmente muchos de los japoneses no lo podían creer y eso provoca un duro enfrentamiento entre los que seguían creyendo que su país seguía ganando la guerra, los llamados “kachi-gumi”, y los que admitían la derrota, o sea los “make-gumi”. No fue solo una discusión verbal sino que cobró más de 20 víctimas porque fueron asesinados por los primeros que eran la mayoría. También hubo miles de arrestados. Fue una verdadera crisis institucional y de convivencia para la comunidad japonesa. Entre los meses de abril y julio del ’46 se registraron los enfrentamientos más duros pero hasta principios del ’47 hubo incidentes lamentables con muertos y heridos.
Desde finales del ’46 se pudieron reanudar la publiación de los diarios japoneses locales y de a poco – a medida que fueron conociendo la realidad - se fueron calmando los ánimos, pero esta situación de tensión y disgregación duró casi 10 años dejando un sabor muy amargo entre familiares y amigos que eran de la misma colonia o vecindario.
Y dentro de este ambiente de hostilidad interna, en 1948, el joven Tetsuo de 16 años participa por primera vez en un Torneo Sudamericano realizado en Uruguay.
Su padre Sentaro, muy feliz por el logro de su hijo, canta un poema haciendo alusión a esta primera competición profesional de natación alentándolo desde la ciudad capital.
“El pez volador de Fujiyama” cambió los destinos de Okamoto
En marzo de 1950 se produce un hecho que cambia la vida a Okamoto. El día 4 de marzo llega a Brasil una comitiva de atletas de natación japoneses que significará también el inicio de un fluído intercambio bilateral de la posguerra. La comitiva estaba compuesta por el director del equipo, Masanori YUSA, el capitán del equipo Shuichi MURAYAMA, el legendario “pez volador de Fujiyama”, Hironoshin FURUHASHI, Shiro HASHIZUME y Yoshihiro HAMAGUCHI. Un par de años después, Okamoto se enfrentaría con HASHIZUME y hasta compartiría el podio de los ganadores en una Olimpíada, pero en aquel momento eso era algo inimaginable para él.
Dado que Okamoto ya era un nadador de la selección nacional brasileña pudo acompañar los dos meses de permanencia de la comitiva japonesa y los llevó a las ciudades de Sao Paulo, Marília, Londrina del Estado de Paraná y otras, donde en cada una de ellas había una importante comunidad japonesa. Se realizaron competencias amistosas en cada ciudad y Okamoto pudo ver el nivel de esos competidores japoneses y emocionarse y motivarse en cada ocasión.
Japón no había podido participar de las Olimpíadas de Londres de 1948 porque era un país derrotado en la IIº Guerra, pero en junio de 1949 se le permite reingresar como país miembro a la Federación Internacional de Natación. Y en agosto de ese año cuando participaron como invitados en el Torneo Nacional de los Estados Unidos realizado en Los Angeles, FURUHASHI como Shiro HASHIZUME y demás atletas, lograron nuevos récord mundiales en estilo libre de 400, 800 y 1.500 metros.
Este glorioso hecho ocurrió antes de la firma del Tratado de Paz de San Francisco o sea Japón seguía bajo ocupación americana. En esos tiempos era muy difícil conseguir dólares para viajar al exterior, por ende estos atletas pudieron viajar, permanecer y ganar en este Torneo en Los Angeles gracias a las donaciones de los directivos de la Asociación Japonesa de Natación y a los nikkei de los Estados Unidos. Por el récord obtenido, los medios locales americanos aplaudieron este triunfo y es cuando aparece la palabra “pez volador de Fujiyama” (Fujiyama no Tobiuo). Desde luego, esta noticia motivó y alegró de sobremanera los esfuerzos que realizaban los japoneses en la reconstrucción de la posguerra.
Y al año siguiente de este enorme logro, ya estando preparando el regreso a Japón fueron invitados por el Ministerio de Deportes de Brasil. Todos los atletas japoneses eran considerados “peces voladores” y estaban en el esplendor de su carrera. Este Torneo Nacional de Natación de Brasil se realizó en la Pileta Pacaembú de la ciudad de Sao Paulo, en donde el atleta FURUHASHI logra el récord sudamericano en 400 metros estilo libre.
En esa ocasión, por consideración del gobernador del Estado de Sao Paulo, los inmigrantes japoneses que habían estado bajo vigilancia y medidas restrictivas durante la guerra pudieron ver después de mucho tiempo izar la bandera japonesa en un lugar público. Habían pasado 8 años desde la ruptura de las relaciones diplomáticas. Para los japoneses este gesto significó una gran alegría y mucho consuelo por los duros años de sufrimiento y pena que habían pasado.
En este torneo, varios atletas japoneses le recomendaron a Okamoto que si quería lograr un récord importante debía practicar mucho más. Hasta ese entonces nadaba 1.000 metros por día, pero desde ese día aumentó a 10.000 metros diarios y lo cumplió hasta lograr la medalla de bronce (según lo señala el diario Nikkey Shimbun).
El diario Folha de Sao Paulo con fecha 3 de octubre de 2007 donde publica la muerte de Okamoto, señala que: “En esa época no había piletas climatizadas pero Okamoto siguió entrenándose, además sus ojos estaban rojizos por el cloro y aún así todos los días nadaba sus 10.000 metros. Casi una locura”. Esa manera de entrenar le cambió la vida.
Cuando llegó esta comitiva deportiva japonesa al Brasil, en muchas colonias y localidades donde vivían los colonos japoneses, muchos de ellos seguían pensando que Japón había ganado la guerra y mantenían esa rígida postura. Cabe recordar que en noviembre de 1950, la Policía de Marília arrestó a 50 japoneses que habían estafado a sus nacionales a través de un grupo llamado “Kokumin zen-eitai” para recaudar fondos para regresar y luchar en Japón. Fue uno de los últimos reductos más importantes de este grupo extremista.
Con un entrenamiento “a todo o nada” logró buenos resultados y se convirtió en héroe
Con esa modalidad de entrenamiento que le recomendaron los atletas japoneses Okamoto empezó a mostrar los primeros resultados. En 1951 ganó el 1º Premio en 400 y 1.500 metros estilo libre en los Juegos Panamericanos realizado en Buenos Aires, Argentina. Fue el primer brasileño que obtuvo la medalla de oro en este campeonato continental.
Un año antes, en 1950, se había realizado en Brasil, el Mundial de Futbol donde en la final el país anfitrión había perdido con Uruguay. Ese “shock” emocional había sido demasiado fuerte para todos los brasileños. Ante la medalla de oro de Okamoto, el municipio de Marília decretó feriado nacional y en un coche descapotado desfilaron junto a las autoridades. Todo el pueblo lo festejó y agradeció a Okamoto; sin embargo, como “broche de oro” mientras él estaba en ese desfile unos ladrones ingresaron a su casa y le robaron todos los objetos de valor. Parece una broma de mal gusto pero es parte de la realidad de ese momento.
La comunidad nikkei local también estaba muy contenta y orgullosa del logro de Okamoto y decidieron comprar un coche nuevo y regalárselo, pero él no aceptó. Argumentó que: “los atletas olímpicos deben ser amateur y si uno acepta ese tipo de regalos puede provocar confusiones de que es un premio a ese logro y eso ya no es cosa de un amateur”.
Hoy en día son muchos los atletas profesionales que participan en las Olimpíadas, pero en aquellos tiempos era muy diferente y Okamoto quiso mantener esos principios.
Y en la Olimpíada de Helsinki, Finlandia, de 1952, en el podio de natación estilo libre de 1.500 metros, en 1º lugar estaba el nikkei de Hawai, Ford H. KONNO, en 2º lugar el japonés Shiro HASHIZUME y en 3º lugar el nikkei brasileño Tetsuo OKAMOTO.
Según comenta el mismo periódico Nikkey Shimbun de Sao Paulo, cuando Okamoto estaba en su último tramo de los 1.500 metros se lo notaba muy cansado perdiendo su ritmo pero él dice que escuchó la voz de su padre que le decía: “tú eres un descendiente de los samurai (guerrero japonés) asi que puedes morirte solo cuando hayas mostrado el espíritu japonés de Yamato-Tamashi”. Y es así que siguió nadando sin pensar en nada con todas sus fuerzas, sin importar si eso implicaba dar por terminado con su vida. Okamoto logró la medalla de bronce. Admite que cuando supo que había llegado en tercer lugar fue tanta la emoción y la congoja que no pudo dejar de llorar.
Para él era algo increíble que apenas dos años atrás, en 1950, había acompañado a la comitiva japonesa de natación donde conoció a HASHIZUME y luego en la Olimpíada de Helsinki juntos habían logrado estar en el podio. No es difícil imaginar la emoción y la alegría que sintió Okamoto en este logro internacional.
Ford H. KONNO había nacido en 1933 en el Estado de Hawai y tanto en la escuela President McKinkey High School de Honolulu como en la Universidad Estatal de Ohio, se destacó como atleta de natación. En la Olimpíada de Helsinki obtuvo dos medallas de oro y una de plata, y en la Olimpíada de Merlborn (1956), una de plata, por lo que KONNO pasó a ocupar la membrecía de los exitosos en el mundo de la natación de los Estados Unidos.
Sin embargo, el famoso “pez volador de Fujiyama”, Hironoshin FURUHASHI, por la disentería amebiana que contrajo durante la gira por Sudamérica no le permitió recuperarse debidamente y en Helsinki apenas logró el 8º puesto en los 400 metros estilo libre. A pesar de haber dejado importantes récord mundiales, en su vida no pudo obtener la tan ansiada medalla de oro olímpica.
Y cuando falleció OKAMOTO el 2 de octubre de 2007, la Confederación Brasileña de Deportes Acuáticos (CBDA) decretó por esta lamentable pérdida “3 días de luto” para recordar al nikkei que había entregado toda su vida por la natación de Brasil.
© 2016 Masayuki Fukasawa