Mi abuela Etsuko NAKATANI vive sola en la ciudad de Weiser, en el Estado de Idaho, EE.UU. Nació en 1926 en la localidad de Inasamachi (hoy es parte de la ciudad de Nagasaki), Prefectura de Nagasaki. En marzo del año que viene va a cumplir 90 años pero hasta hace muy poco yo no conocía nada de su vida.
Todo fue porque este verano, de casualidad, encontré en la casa de mi abuela “Los 100 años de Historia de los Nikkei Norteamericanos”. Luego leí los artículos en serie del periodista Ryusuke KAWAI publicados en Discover Nikkei, en la columna “Releyendo Los 100 años de Historia de los Nikkei Norteamericanos”. Allí pude conocer otras facetas de la vida de mi abuela como de mi abuelo nissei.
Mi abuela nació en Japón y durante la IIº Guerra Mundial estuvo residiendo en la ciudad de Nagasaki. Como muchas otras jóvenes estuvo trabajando como voluntaria en una fábrica militar y cuenta que fue una experiencia muy dura en medio de los bombardeos. Me comentó que sintió mucho miedo, “porque era una locura regresar a casa caminando en medio de los bombardeos aéreos”.
Y como todos sabemos, Nagasaki fue objeto de la bomba atómica. Mi abuela estaba en su domicilio a 1.8 kilómetros del lugar donde cayó la bomba. Cuenta que, “De pronto, apareció un brillo fugaz y de color anaranjado y quedé como ensordecida. Parecía el infierno. Perdí el conocimiento por unos instantes y cuando ví a mi alrededor los vidrios estaban rotos y la pared tenía un enorme agujero. Creo que si estaba fuera del edificio me hubiera quedado calcinada. Tuve suerte.”
En aquel entonces, la casa natal de mi abuela tenía un restaurante tradicional japonés y un hotel en la ciudad de Mogi (ahora es un distrito dentro del Municipio de Nagasaki). Después de la bomba atómica, innumerables heridos fueron traídos en carretas y de pronto el hotel se transformó provisoriamente en un hospital. Los bisabuelos debieron cuidar de estos heridos tanto de día como de noche. Y en la playa se amontonaron miles de cadáveres sobre las rocas para ser cremados.
Finalizada la guerra, mi abuela se trasladó a Tokio, más precisamente al distrito de Shinbashi, donde mi tía que había regresado de Jawa (una de las islas de Indonesia) decidió abrir una pequeña cantina de platos típicos de esa isla. Mi abuela trabajó en ese negocio y es donde conoció a quien luego sería su marido y por ende mi abuelo, Jun NAKATANI. Mi abuelo es un nikkei de segunda generación “nisei” nacido en los Estados Unidos. Sus padres fueron inmigrantes oriundos de la Prefectura de Wakayama y por ser japoneses durante la IIº Guerra Mundial fueron recluídos en el Centro de Reubicación de Gila River.
Mi abuelo era militar norteamericano y mi abuela era una mesera que había recibido la radiación de la bomba atómica y ambos se conocieron en 1951, en esa cantina de Shinbashi. Mi abuelo estaba asignado en la guerra de Corea y cuando había regresado de licencia (descanso) un conocido lo llevó a comer platos de Jawa, que es donde estaba mi abuela. Sin embargo, mi abuela no le prestó mayor interés e incluso le dijo: “Donde hay militares uniformados las mujeres son confundidas por mujeres de la calle, asi que no me gusta”. Entonces, al día siguiente, mi abuelo se presentó de civil, sin el uniforme militar, y ante reiteradas visitas empezaron a salir como novios.
Y en una de esas licencias le dijo a mi abuela: “Muy pronto pasaré a retiro, asi que ahí vendré a buscarte como un civil más para que te cases conmigo”. O sea, fue una propuesta de matrimonio. Tal como lo prometió, luego de darse de baja vino nuevamente al Japón para buscar a mi abuela. Mi abuela no estaba segura y sentía mucha incertidumbre en “ir al país que tiró la bomba atómica”. Pero, su tía le dijo: “¿Por qué no te vas para conocer cómo es ese país?”. Es así que decidió casarse con mi abuelo.
Hace poco mi abuela me dijo sonriendo: “Y así pasaron más de 60 años de mi vida en los Estados Unidos, quién iba a pensar que sería asi, no? ….”.
Cuando llegaron a los Estados Unidos se instalaron en Vacavill, en el Estado de California. Los padres de mi abuelo que eran japoneses “issei” fueron recluídos en un Centro de Reubicación durante la guerra, pero cuando regresaron se dedicaron al cultivo de frutales. Y mi abuelo como era el hijo mayor cuando se dió de baja del ejército también se dedicó a los frutales. La vida matrimonial tuvo su inicio en esta actividad.
Al comienzo, cuando estaba la tía abuela que solo hablaba japonés solía decir muy alegremente: “¡Mi hermano trajo una esposa desde Japón! Asi que mi abuela se asimiló bastante rápido a la vida social y familiar americana, ayudando en las actividades de la hacienda y hasta solían pasear en coche porque a mi abuelo le gustaba cambiar de modelo permanentemente. Es decir, creo que disfrutaban mucho la vida en los Estados Unidos.
Luego, se mudaron a Suisun Valley, en el mismo Estado de California. De inmediato, allí cerca en la localidad de Rockville Corners abrieron un restaurante. Paralelamente, mandaron a llamar a su hermano menor de Japón a fin de abrir otro restaurante como si fuera una sucursal del restaurante japonés tradicional que tenían en Japón. Esta de Sacramento, se llamó “NIMI”. En los ´80 tuvieron mucha clientela por los empresarios y ejecutivos de las firmas japonesas pero la repentina muerte en 1990 de este hermano menor que además era el propietario, no tuvo más remedio que cerrarlo.
La historia de mi abuela es increíble, pues siendo una damnificada de la bomba atómica de Nagasaki, luego se casó con un nikkei americano que es mi abuelo y juntos vinieron a vivir a los Estados Unidos. Y en California, lograron exitosamente administrar un comercio gastronómico. Los días de descanso iban de paseo a Reno y a Tahoe, asi que eso da un indicio de lo integrada que ella estaba en la vida social norteamericana y que disfrutaba de lleno. La verdad , no puedo dejar de admirarla y sorprenderme de todo lo que ella hizo.
La vida de retirados de mis abuelos comenzó en setiembre de 1992, justo cuando nació mi hermana mayor. Como mi padre es hijo único, cuando nació mi hermana que sería la primera nieta de mis abuelos ellos se pusieron muy contentos. Lamentablemente, mi abuelo falleció a los pocos años, en 1995, de una dolencia de cáncer de pulmón. Nosotros residíamos en Japón y mi madre me tenía en su vientre con 3 meses de embarazo, asi que yo también participé del sepelio de mi abuelo en los Estados Unidos.
Unos años después, mi abuela conoció a Mitsuru NAKAMURA que vivía en Idaho y dado que ambos habían enviudado decidieron vivir juntos para sobrellevar mejor el resto de sus vidas. Mi abuela tenía un poco más de 70 años de edad pero juntos decidieron ir a vivir a Idaho, dejando su California. Mitsuru era un nikkei americano que había estudiado en Japón y retornado a los Estados Unidos asi que era un “kibei”, como se lo suele llamar allí. Sobre él hay referencias en el capítulo de Idaho, en el libro “Los 100 años de Historia de los Nikkei Norteamericanos”.
Sin embargo, Mitsuru fallece en el 2010 y mi abuela se quedó nuevamente sola y sigue viviendo en Idaho.
Este verano supe la historia de mi abuela, su vida, su experiencia como damnificada de la bomba atómica, la posguerra en Japón y los Estados Unidos y su desarrollo familiar allí. Es indudable que la historia familiar sigue y debe continuar. Y eso es lo que presiento.
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Nuestro Comité Editorial seleccionó este artículo como una de sus historias favoritas de serie La Familia Nikkei. Aquí están los comentarios.
Comentario de Masayuki Fukasawa:
Me interesé de sobremanera en la identidad del autor de este artículo, Dan KAWAWAKI. Es un poco la mala costumbre o la excesiva curiosidad de este pequeño y humilde periódico japonés, que quiere saber más de la persona que escribe. Que este muchacho se llame DAN cuando el ideograma kanji es “DAI (大)”, da la sensación de que sus padres le han puesto este nombre para que pueda vivir tanto en Japón como en los Estados Unidos, sin que sea dificultoso pronunciar su nombre. Sin embargo, la familia Kawawaki reside en Japón y este joven tiene la nacionalidad japonesa. Se crió y se educó como un japonés más.
Dan nació en la Prefectura de Tochigi y solo ha estudiado un año en los Estados Unidos, país donde vivieron sus abuelos. Mientras está estudiando en una universidad japonesa tomó interés por la abuela que emigró a los Estados Unidos inmediatamente después de la finalización de la IIº Guerra y el artículo se centra en ese descubrimiento de la vida de su abuela. Seguramente, domina muy bién el inglés. Por eso, es consciente de lo difícil que es vivir en los Estados Unidos y en uno de los párrafos dice: “La verdad , no puedo dejar de admirarla y sorprenderme de todo lo que ella hizo”. Esta frase refleja de alguna manera su percepción de que él es “un japonés de Japón”. Es la sensación que tuve.
Tal vez es algo que no deba meterme, pero dado que tiene una raíz que une el mundo japonés y americano, si fuere posible, me gustaría que él se sienta “un nikkei que vive en Japón”. Desde luego, su apariencia como sus documentos de identidad no sufrirán ningún cambio. Pero, según la percepción que tenga pueda ser que este muchacho Kawawaki llegue a tener un “furusato” (tierra natal, patria y segunda patria) muy, pero muy grande, que abarque todo y a ambos lados del Océano Pacífico.
© 2015 Dan Kawawaki
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