Sobraban, como casi todos los componentes de 2da. Vida, jeringas de insulina. Estas, al ser un bio-desecho, ya no tienen reciclaje posible, sino incineración. Con mayor razón debía re-utilizarlas.

No existió riesgo alguno ya que provenían de una sola persona, muy cercana a mí.

La esencia misma de las jeringas -violentas por el pinchazo- proponía una expresión agresiva, que aún hiere susceptibilidades de muchos.

¿Será el temor a las inyecciones? Es un basal temor a la destrucción de nuestro cuerpo... temor que se puede racionalizar, pero que, lamentablemente, no cabe en nuestras apretadas agendas (la racionalización).

("2da. Vida" sucedió porque todos tenemos acumulaciones indeseadas pero perennes en inmensurables resquicios… interesante frase, que fue el detonante para crear mi propuesta: amontonamientos vivos que se nutren de polvo y hongos + rumas de sendos desechos caseros más viejos que yo, iniciándose así, en 1998, algunos intentos fallidos (y que jamás vieron exposición alguna) de tallado, calado, pintado y esculpido en distintos materiales y superficies abandonadas por doquier... www.cajoncreativo.com)