Cuando era estudiante, escuché muchas veces “Los nikkeis no son buenos en hablar portugués”
Significa que no saben redactar, no se expresan bien, pronuncian mal. En fin, el portugués parece japonés.
Por esta razón había algunos alumnos que desistían estudiar.
En esa época, era común que los vendedores de los comércios nos atendiera imitando el modo de hablar de los japoneses.
En la universidad percibía ese prejuicio en pequeñas actitudes de los profesores. Cierta vez una alumna nikkei que tomaba curso de aleman dijo:
“Por más que estudie no es posible. Mi profesora me dice que mi pronunciación tiene acento japonés aunque yo no sé hablar japonés”.
Hasta hubo un profesor de lingüística que hacía preguntas difíciles a los alumnos nikkei.
Hay nikkeis que están resignados aún ahora. Pero no puedo aceptarlo. ¿Cómo una persona nacida y criada en el Brasil no puede dominar la lengua de su país?
Estaba cursando la preparatoria cuando decidí comenzar un “entrenamiento”. Regresaba de la escuela y luego abría un libro y comenzaba a leer en voz alta. Podía ser un libre de historia, un poema, todo era válido. Recortaba noticias de los diarios y leía como si fuera una locutora de radio. Tanto ejercicio se convirtió en un hobby.
El tiempo pasó, me convertí en profesora de portugués y realicé mi sueño de ser escritora.
Hace 20 años, no era común para una nikkei ser escritora. Antes de la noche de autógrafos, acepté una entrevista para un diario. Por problema de tiempo se hizo vía telefónica. En cierto momento, el periodista me comenta con sorpresa ”Su portugués tiene ritmo, es el que pronuncian en San Pablo donde recibió influencia de los inmigrantes italianos”
Recientemente, en una visita a una univiersidad del interior, me presentaron un profesor del departamento italiano. “Ud es de Sao Paulo. Tiene el modo de hablar típico de Sao Paulo”
Al fin! Tardó tiempo, pero mis esfuerzos del pasado dieron sus frutos.
© 2011 Laura Honda-Hasegawa