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2. Llegada a Rikuzentakata y encuentro con Akinari Ohta
Sábado 11 de mayo – 11 pm
Estación Ikebukuro (Exit West side 7).
Desde Ikebukuro, distrito de Tokyo, nos dirigimos a la ciudad de Rikuzentakata (RT), en la Prefectura de Iwate, con Adiene Roque, Especialista en temas de Cultura, Bilingüismo e Interculturalidad. Tomamos un colectivo de la línea Kesen (Bus Kesen Liner), ya que las vías del tren hasta la Estación Rikuzentakata fueron destruidas por el tsunami. Sólo se puede llegar a la ciudad a través de un colectivo o auto particular.
Masataka Iwata, quien ayudó como intérprete en la entrevista a Nobuaki Sasaki, co-fundador de la NPO “SAVE TAKATA”, recomendó reservar los pasajes para asegurarnos un lugar y poder llegar a tiempo para realizar las entrevistas acordadas.
A lo largo del camino, a través de las ventanas, se pueden ver máquinas excavadoras que limpian restos de escombros que quedaron enterrados con la fuerza del agua. Después de unas 8 horas de viaje, llegamos a RT.
Domingo 12 de mayo – 6.38 am
El colectivo se detiene frente al “City Hall”, un centro cultural que se está construyendo para que los habitantes se reúnan y discutan sobre las actividades y eventos de la ciudad. Cerca del lugar también están construyendo las oficinas de la Municipalidad. A lo largo de estos dos años, más de 100 personas de otras municipalidades del Gobierno de Japón viajaron a RT para trabajar y dar ánimo después de la catástrofe.
Tomamos un taxi hasta un comercio llamado “Takekoma Shokudo” para desayunar y recargar energías para el resto del día. Nos atendieron dos señoras, muy amables, que viven en Takashi Takekomasho. Su local abrió en octubre de 2012.
Terminamos el desayuno y desde el local nos piden un taxi para poder ir hacia un restaurante llamado “WAIWAI”. Allí tuvo lugar la entrevista al dueño, Akinari Ohta. En el lugar nos espera Keiko Okamoto, de 49 años de edad, miembro de SAVE TAKATA, para después hacer un recorrido por la ciudad.
El Sr. Ohta, originario de Chiba, vive hace 11 años en Rikuzentakata. Él era dueño de un restaurante en la parte baja de la ciudad, pero el tsunami llegó hasta allí y lo destruyó por completo. Había construido su local tan sólo un año y medio antes del desastre.
A las 14.46 ocurrió el terremoto y cerca de las 15.00, el tsunami. El Sr. Ohta se encontraba en el restaurante cuando sintió el temblor. Preocupado por su familia, fue hasta su casa en la parte alta de la ciudad y eso fue lo que lo salvó de la gran ola. Después del suceso, se dirigió hasta uno de los sitios donde se resguardó parte de la población. Había unas 500 personas. Cuando vio a toda esa gente que ya no tenía sus hogares, sintió que había una necesidad y que había que seguir. Se mantuvo firme y permaneció en RT.
Hizo trabajo de voluntariado y ayudó a proveer de zapatos a las víctimas que perdieron todas sus pertenencias. Después de unos dos meses, en julio de 2011, decidió construir nuevamente su restaurante por cuenta propia, como casa prefabricada: “Había apoyo del gobierno para Pymes, pero yo no podía esperar”, comenta el Sr. Ohta. Finalmente, el gobierno dio apoyo para construir su restaurante y otros locales en Osumi Tsudoinooka Shotengai (la zona comercial), y pudo iniciar otra vez su negocio. Lo llamó igual que su local anterior: “WAIWAI” (わいわい).
La zona comercial en RT después del desastre
Para Akinari Ohta es una alegría poder aportar un espacio en la ciudad para que la gente se reúna y converse. Allí, a pesar de todo lo que pasaron, mantienen la sonrisa.
El dueño de “WAIWAI” explica que las decisiones por retomar los negocios dependen mucho de la edad y las deudas que adquirieron las personas después del desastre. Él tiene 47 años y todavía es joven. “Para seguir viviendo, hay que trabajar”, afirma. Él habla sobre el tema con otros compañeros y amigos en la misma situación, y piensan lo mismo.
Pero el problema es que hay personas mayores con deudas considerables y que no quieren empezar de nuevo porque no les resulta conveniente: si construyen nuevamente el local que perdieron, adquirirían una nueva deuda. “Esto hace difícil que todo vuelva a la normalidad”, comenta el Sr. Ohta. Por eso, es importante que haya más sitios de encuentro como WAIWAI para que, de a poco, se recupere la normalidad en RT.
Había diez espacios antes del tsunami en RT para beber, comer y compartir. Hoy existen sólo cuatro. Además el horario es restringido. Por lo general, las tiendas cierran cerca de las 21 horas. En la ciudad no es costumbre que las personas anden por las calles hasta tarde. El Sr. Ohta cierra su restaurante a la 1 y es una ventaja para aquellos que disponen de poco tiempo.
Si se hace una comparación de lo que era la ciudad antes del tsunami, es notable la diferencia en la variedad de locales que había y en el horario que no era restringido como ahora. “Todo era más animado”, comenta con tristeza el dueño de WAIWAI.
La reconstrucción que el gobierno local está planeando, para Akinari Ohta, no ayuda a esta situación. El plan es más grande para lo que era la ciudad antes del desastre.
Por ejemplo, están trabajando en un proyecto para construir un gran centro comercial en la parte baja de la ciudad, donde arrasó el tsunami. El problema es que la gente se movió a la parte alta, en las casas temporales. Es por eso que el dueño del restaurante no considera que sea conveniente porque va a quedar lejos de donde todos están viviendo.
Para él es bueno que se hagan planes, pero pequeños. Siempre teniendo en cuenta que RT desde el principio no era una ciudad grande, sino un pueblo.
Al finalizar la entrevista, el Sr. Ohta resaltó: “En dos años no se puede reconstruir una ciudad. Todavía falta mucho por hacer. Lo más importante es que la gente no se olvide que esto pasó”, fue su mensaje final.
© 2013 María Laura Martelli Giachino