(Inglés) Ah, eso (la comisión) fue esencial, por supuesto. Primero, desde un punto de vista puramente informativo, y luego desde un enfoque hacia su aspecto político. También reforzó el enfoque de la demanda conjunta. Brindó las bases para los casos “coram nobis”.
Lo que veo como una de las cosas más importantes que sucedieron tuvo lugar dentro de la comunidad japonesa estadounidense. Vista muchas historias. La gente nunca había hablado con sus hijos sobre esto. Y ahora, de repente ellos se dieron cuenta, “¡Oh, Dios! Otras personas se sintieron culpables, otras personas se sintieron heridas, otras personas se sintieron traicionadas. No fue un acto de Dios que ocurrió, eran esos bastardos en Washington y en el Presidio los que nos hicieron esto a nosotros. Ellos eran los hombres. Ellos eran los hombres, pero no eran hombres. ¡No eran seres humanos! Así nos estaban manipulando, a nosotros, a los japoneses estadounidenses nos estaban manipulando”.
No era un hecho que no podía ser explicado, en términos comprensibles, en términos de conveniencia política, de prejuicios, de interés económico, los Hijos e Hijas del Oeste Dorado, la Granja (Grange), la Legión Estadounidense, todos aquellos bastardos. Esto unió más a la comunidad japonesa estadounidense de una forma que nunca había ocurrido ni había sido posible de otra manera. Si la demanda conjunta hubiera sido ganada, habría sido grandioso, pero no habría instalado la dinámica que tuvo lugar como resultado de las audiencias. Ahora vemos los resultados todos los días.
Fecha: 26 de agosto de 1998
Zona: Virginia, EE.UU.
Interviewer: Darcie Iki, Mitchell Maki
Contributed by: Watase Media Arts Center, Japanese American National Museum