Era solo un niño, pero lo recuerda como si fuera nuevamente testigo. Desde una ventana en el segundo piso de su casa en Lima, Víctor Makino veía cómo delincuentes irrumpían en negocios y casas de familias japonesas para robar sus pertenencias.
Fue en mayo de 1940, hace más de 80 años, pero aún conserva recuerdos precisos, como los apellidos de algunos damnificados, sus vecinos: los Onaga, propietarios de un bazar, y los Tsuboyama, dueños de una tienda de telas recién inaugurada.
Víctor Makino, hoy un octogenario,…