Cuando la Segunda Guerra Mundial finalizó en 1945, la comunidad de origen japonés en el Perú estaba acéfala, a la deriva, debilitada por los ataques que le asestaron las autoridades peruanas, situadas en el bando de los Aliados.
Uno de los golpes más dolorosos fue el cierre del colegio Lima Nikko, el más grande fundado por los japoneses en el Perú para educar a sus hijos nisei.
Tres años después de la culminación de la guerra, en 1948, cuatro issei oriundos de la prefectura de Kumamoto—Masaji Yasumoto, Sueo Iw…