Una conducta que observo que se está dando actualmente, de manera positiva, es la intensa participación de personas mayores en ambientes comúnmente frecuentados por personas más jóvenes (digamos entre 30 y 50 años), en lugares como centros comerciales, supermercados, restaurantes, gimnasios y eventos musicales. Hoy en día, es normal encontrarse en las panaderías y cafeterías que frecuentamos con parejas mayores o grupos de amigos de la misma edad, enfrascados en animadas y pausadas charlas, frente a deliciosos macchiatos y capuchinos.
También es posible percibir una transformación significativa en el modo en que la sociedad ve la Tercera Edad. Mucho más que un período de descanso después de una larga vida de trabajo, esta fase de la vida comenzó a ser vista como un momento largamente esperado de nuevas oportunidades y descubrimientos. Rompiendo con los patrones tradicionales que veían a los mayores como un grupo restringido a una vida de tranquilidad, pero en cierta manera aislado, hoy muchos están adoptando un estilo de vida vibrante y activo, lleno de buenas sorpresas e interacciones sociales. Lejos de ajustarse a los estereotipos que rodean la vejez, muchas personas mayores son profesionales – funcionarios, profesores, ingenieros, abogados, empresarios – todos ellos bien jubilados y en perfecta forma, que buscan disfrutar de este momento de la vida de forma placentera y sin conflictos existenciales. Este nuevo estilo de vida ha permitido a muchos redescubrirse a sí mismos y pasar momentos inolvidables con nuevos amigos.
A propósito, cito como ejemplo de esta nueva realidad la admirable actuación de una pareja de amigos, nikkei y también mayores, quienes, a través de su empresa de turismo enfocada especialmente a la significativa comunidad japonesa-brasileña, han, a lo largo de muchos años, hecho realidad los sueños de muchas personas, organizando viajes y tours inolvidables. Con un entendimiento humano y apasionado de las necesidades de estos grupos, su agencia no sólo ofrece paquetes turísticos, sino momentos y experiencias inolvidables que promueven la interacción social, fortaleciendo lazos y fidelización. Permite a las personas de hoy utilizar su tiempo libre, especialmente a los jubilados, con excursiones personalizadas, con servicios profesionales y atención de primera clase, llevando a los participantes privilegiados a explorar la belleza de Brasil y descubrir la fascinación de los viajes internacionales alrededor del mundo. En compañía de personas con afinidades –sociales, culturales, económicas– y que comparten historias de vida similares.
Estas experiencias de turismo cultural brindan una valiosa oportunidad para desafiar viejos prejuicios sobre la capacidad de aprendizaje en la vejez. Cada museo visitado, cada plato típico probado es una nueva lección de vida que demuestra que la curiosidad no tiene límites de edad. Sumergirnos en nuevas culturas, mientras formamos una sólida red de amistades, permite a estos viajeros no sólo redescubrirnos a nosotros mismos, sino también deconstruir la visión de la sociedad sobre lo que significa ser mayor.
Con la creciente participación del segmento de la tercera edad en viajes y excursiones, se puede observar una revolución silenciosa en el turismo. Estos viajeros, muchos de ellos con una trayectoria profesional rica y diversa, no sólo buscan lugares exóticos, sino que validan su existencia a través de experiencias compartidas. La pareja Nikkei que decidió invertir en este nicho es un ejemplo perfecto de esta revolución: su agencia de viajes se ha convertido en un portal no sólo de aventuras, sino para construir una nueva cultura entre los jubilados, donde la alegría y el descubrimiento van más allá del simple hecho de viajar.
Los viajes en grupo también crean espacios para practicar habilidades que pueden haber estado latentes, como la comunicación, la empatía y el trabajo en equipo. Las reuniones de grupo pueden dar lugar a proyectos colectivos, como la creación de blogs de viajes, donde la gente comparte experiencias y consejos con otros viajeros, y la formación de un grupo tanomoshi , un tipo de consorcio financiero, muy apreciado entre los japoneses de mayor edad. Esta forma de compromiso no sólo proporciona un sentido de pertenencia y utilidad, sino también una forma de encuentro social que persiste incluso después del viaje, a través de reuniones y eventos periódicos, como almuerzos y cenas.
Viajar en grupo facilita el aprendizaje de nuevas culturas y formas de vida, permitiendo a los miembros del grupo ampliar sus horizontes y vivir experiencias únicas. Almuerzos en restaurantes típicos, visitas a museos y paseos al aire libre son sólo algunas de las actividades que enriquecen el viaje. No es raro que, al final de cada viaje, los participantes se sientan parte de una gran familia, construyendo un legado de amistad y compañerismo que perdurará mucho después de su regreso a casa. ¡Hasta la próxima! ¡Espero que no tarde mucho! Son expresiones comunes al despedirnos de cada viaje.
En definitiva, la vejez es una época rica en descubrimientos y nuevas experiencias y los viajes en grupo se han convertido en una de las mejores maneras de disfrutarla. Al romper los estigmas asociados a la vida después del retiro, estos nuevos viajeros están demostrando que la edad no es un límite, sino una invitación a aventurarse en nuevos escenarios. En un mundo donde el tiempo es un bien preciado, celebrar la vida a través de experiencias memorables es sin duda una forma de transformar lo que podría ser aburrimiento en pura alegría y aprendizaje continuo.
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Este autor y su esposa desean agradecer a la pareja Tocha y Rosa, propietarios de Tochatour por los momentos simplemente inolvidables y por los descubrimientos y amistades que sus viajes le proporcionaron.
© 2025 Katsuo Higuchi