Kenyon Mayeda es el nuevo director de impacto del Museo Nacional Japonés Americano, un puesto que entre otras cosas involucra el funcionamiento diario del museo. Él recuerda sus viajes cuando era más joven al campo de concentración de Manzanar con su padre, Mark Mayeda. Esto fue antes de que hubiera el museo, cuando algunas de las áreas estaban cubiertas de platos rotos y basura. Cuando iba a Manzanar de pequeño con su padre, él encontraba cartuchos de escopeta y cajas de municiones vacías que se habían quedado de las prácticas de tiro al blanco. A pesar de que su padre era tan solo un niño cuando se fue de Manzanar, él solía decir, “yo nací aquí. Siento algo por este lugar, esta ubicación”.
Su padre abiertamente no compartía historias familiares sobre Manzanar, pero Kenyon pudo recopilar información al hacerle muchas preguntas. Kenyon y su esposa son padre y madre de dos hijas, de dos y cinco años. El ser padre le ha hecho darse cuenta de lo desafiante que debió haber sido criar a una familia en ese ambiente desolador y hostil. Él tiene planeado llevar a sus hijas a Manzanar cuando sean mayores.
Kenyon es de herencia asiática mixta, de padre japonés americano y madre china americana. Tiene dos hermanas mayores. Su abuelo japonés, Sangoro Mayeda, emigró a los Estados Unidos en 1915. Su abuela japonesa, Emily Mayeda, nació y creció en Oakland. Sus abuelos tuvieron que trasladarse a la fuerza del Área de la Bahía a Manzanar. En aquel entonces, Sangoro trabajaba en una granja en Florin, California. Antes de dejar Manzanar, el pastor le dijo a Sangoro que regresara todos los años para prestar sus servicios en el cementerio. Fue una responsabilidad que cumplió hasta el año de su fallecimiento.
Tras Manzanar, los Mayeda se mudaron a Los Ángeles con sus dos hijos, una hija joven y un niño pequeño, Mark. Ellos vivían en cualquier lugar que pudiesen costear, a veces en los garajes de la gente. La familia aumentó a cinco hijos, dos mujeres y tres hombres. Sangoro trabajaba como jardinero para los artistas Charles y Ray Eames en su estudio de Venice. Charles, y su esposa, Ray, eran artistas pioneros en el diseño de edificios y muebles modernos. Sus sillas Eames son ejemplos icónicos del modernismo americano del siglo veinte. Emily trabajó como su ama de llaves y luego como su cocinera a tiempo completo. La familia Mayeda recibió una silla Eames tras el fallecimiento de Ray Eames, un regalo para Sangoro y Emily.
Los Mayeda eventualmente, ahorraron lo suficiente para comprar una casa en un barrio de clase trabajadora de Venice. Los trabajadores de los resorts y hoteles cercanos al lado del mar vivían allí. Era predominantemente un barrio afroamericano, con pocos japoneses americanos. Los Mayeda participaban activamente en el templo budista Gardena. Sangoro falleció antes de que Kenyon naciera, pero Kenyon sabe sobre él por medio de las historias de su padre. Él recuerda a Emily de cuando era niño, aunque ella desarrolló Alzheimer.
Kenyon dijo, “aunque estoy lejos de ese lugar, aún veo cómo cualquier privilegio que he experimentado en mi vida está basado en realidad, en los compromisos que ellos hicieron, su ética de trabajo, su dedicación a la comunidad para garantizar no solo que Manzanar fuese un lugar recordado, sino también al proveer para su familia. Esto le permitió a mi padre darme la vida que tengo. Yo veo esa conexión, a pesar de que mi abuelo haya fallecido antes de que yo nazca”.
El abuelo chino de Kenyon, George T.M. Ching, nació en Berkeley en 1914. El padre de George fue estudiante de Ciencias Políticas de Berkeley. Él regresó a China, en donde George creció. George retornó a los Estados Unidos de joven adulto, para asistir a la Universidad de Stanford de 1937 a 1939, en donde obtuvo una maestría en Economía con énfasis en Banca. Él se casó con Tsui Lin Ching y fue banquero en Hong Kong tras la Segunda Guerra. En 1951, la familia huyó de los comunistas y se mudó a Los Ángeles. Al inicio, Ching trabajó en tres trabajos para mantener a su familia.
Él luego se convirtió en uno de los fundadores del Banco Cathay y fue su primer presidente y CEO. El Banco Cathay abrió en Los Ángeles en 1962 y fue el primer banco perteneciente y operado por chinos americanos en el Sur de California. Deborah Ching, la hija de George, dijo que su padre se dio cuenta de que a muchos inmigrantes chinos de la primera generación se les estaban negando préstamos en los bancos grandes. Ella dijo, “y eso afectaba cómo empezar un negocio, cómo empezar un hogar, incluso cómo comprar un carro o mandar a tus hijos a la escuela. Y en eso él quería ayudar”.
La madre de Kenyon, Deborah Ching, era la más joven de tres hijas. Kenyon creció conociendo a sus abuelos chinos y a menudo pasaba tiempo en el Barrio Chino de Los Ángeles. Su madre fue directora ejecutiva del Centro de Servicio del Barrio Chino. Kenyon también pasó mucho tiempo en el Barrio Coreano, en donde su padre era un líder del Centro Juvenil y Comunitario del Barrio Coreano (Koreatown Youth and Community Center o KYCC). Sus padres le daban mucho énfasis a la comunidad y al servicio de los otros. Kenyon se unió al grupo estudiantil del Centro Juvenil y Comunitario del Barrio Coreano y se convirtió en el presidente de la Coalición Coreana de Estudiantes en California, aunque él era el único que no era coreano. Esto le permitió encontrar su lugar en otras comunidades asiáticas.
Kenyon también tiene recuerdos agradables del mochitsuki, los obons, las recaudaciones de fondos y los eventos en el templo budista de Venice, en donde su familia participaba activamente. Él recuerda las deliciosas comidas, los niños que corrían alrededor, el conectar con amigos y la familiaridad de estar con tíos, tías y la familia.
Como un hogar de herencia mixta, los padres debían llegar a acuerdos sobre la comida. “Cuando vives en un hogar multicultural, al menos en el mío, debes tomar algunas decisiones, porque el lado chino come arroz de granos largos y mi papá creció comiendo arroz de granos cortos”, dijo Kenyon. Sus padres decidieron comer arroz de grano corto y cocinaban ambas comidas, japonesa y china. Su mamá era vegetariana o vegana, así es que ellos comían muchos vegetales. Asimismo, había una amplia variedad de comida de Los Ángeles para elegir, las que incluían la comida americana, mexicana, coreana y otros platos étnicos.
Durante la secundaria, él fue a Kaizuka, Japón para un intercambio de ciudades hermanas. Él sintió el “shock cultural” como un japonés americano que se quedaba con una familia japonesa tradicional. Él solo se podía comunicar en inglés con una de las hijas. Se graduó de la Secundaria Culver City. Él asistió a la Universidad de San Francisco del 2003 al 2006, especializándose en Administración de Negocios.
En el 2004, él fue pasante de verano en el Museo Nacional Japonés Americano, en donde pudo conocer a líderes de otros barrios japoneses. El director ejecutivo, Jon Osaki, lo introdujo al Consejo Comunitario Juvenil Japonés (Japanese Community Youth Council o JCYC). El Consejo Comunitario Juvenil Japonés es una organización sin fines de lucro de San Francisco que ayuda a niños, jóvenes y familias. Kenyon trabajó ahí como profesor, director del campamento de verano y en sus programas comunitarios.
Kenyon se graduó en el 2012 del Programa de Líderes Emergentes, parte del Consejo Estados Unidos – Japón. Él actualmente es el presidente regional del Sur de California del Consejo Estados Unidos – Japón. Mientras trabajaba como director de operaciones regionales del Banco Cathay de Seattle, él se contactó con los líderes de las comunidades de inmigrantes y creó vínculos para recaudar fondos para las organizaciones vecinas.
Él considera que su trabajo con la agencia de publicidad TDW+Co, la cual está orientada a la multiculturalidad y la comunidad, es un “periodo de tiempo que fue muy significativo”. Esto incluye la participación de la comunidad asiática americana en el censo del 2020. En seis diferentes anuncios publicitarios en idiomas asiáticos, pequeñas y lindas niñas asiáticas persuaden a sus padres a llenar los formularios del censo de los EE.UU. TDW+Co también apoyó una campaña de Proctor & Gamble sobre la importancia de los nombres, que enfatizaba la pertenencia y aborda los problemas como la parcialidad y la violencia antiasiática. Esto incluyó a celebridades tales como Michelle Yeoh y Daniel Dae Kim.
Sus padres estuvieron “encantados” cuando él obtuvo el empleo del museo. Kenyon dijo que “ellos no solo son grandes porristas, también son grandes consejeros en las áreas de organizaciones sin fines de lucro”. Él siente que ha completado el círculo al regresar a una organización sin fines de lucro tras estar en el mundo corporativo.Kenyon dijo que “el museo es ya una fase transformativa con el reacondicionamiento de la exhibición principal y la renovación del museo en sí mismo. Es en realidad una inversión el establecer esta institución para las futuras generaciones”. Él espera que sea significativa para sus propias hijas cuando crezcan. “¿Cómo es que la colección del museo evoluciona para reflejar la cada vez más multicultural, multirracial comunidad japonesa americana?”.
Él dijo, “pienso en el museo como si existiese cuando ya no esté aquí. Espero que mis hijas aún vengan y se sientan conectadas a este lugar”. Sus padres agregaron los nombres de Kenyon y el de su hermana al patio de niños cuando abrió el museo. Ahora los nombres de sus propias hijas están ahí también.
© 2024 Edna Horiuchi