Al reflexionar sobre mi experiencia en septiembre en la Convención Panamericana Nikkei (COPANI) 2024 en Asunción, Paraguay, me siento llena de gratitud por la experiencia inolvidable y la gente increíble que conocí. Organizada por la Asociación Panamericana Nikkei (PANA), la COPANI reúne a cientos de nikkei de todo el continente americano y más allá cada dos años para fomentar el intercambio cultural y discutir los desafíos y oportunidades compartidos. Esta convención bienal, que se celebró por primera vez en 1981, se ha convertido en una plataforma vital para fortalecer la comunidad nikkei global. Lo que aprendí durante esos pocos días fue mucho más allá de la creación de redes. Profundizó mi comprensión de la comunidad, la cultura y lo que significa ser nikkei a escala global.
Me gustaría tomarme un momento para expresar mi gratitud a todos los que me recibieron tan cálidamente y compartir algunas de mis reflexiones sobre esta increíble experiencia. Tuve la suerte de asistir a COPANI gracias al apoyo de PANA ( Asociación Panamericana Nikkei ) de EE. UU. y la Asociación de Jóvenes Nikkei (NYA). PANA de EE. UU. conecta a las comunidades Nikkei de todo el continente americano, mientras que NYA fomenta el liderazgo y la creación de redes entre los jóvenes Nikkei. Animo a otros jóvenes Nikkei a explorar estas organizaciones en busca de oportunidades como COPANI.
Omotenashi en Paraguay
En tan solo cuatro días, me recibió una comunidad diversa de personas amables, ambiciosas y trabajadoras de todas partes de América y más allá. Su calidez y apertura, especialmente en Paraguay, donde la hospitalidad y la amabilidad están profundamente arraigadas en la cultura, me hicieron sentir como en familia desde el momento en que nos conocimos.
Sentí el verdadero significado de omotenashi, el concepto japonés de hospitalidad considerada y desinteresada. Me identifiqué profundamente con eso. Experimentar esta apertura cultural amplió mi visión del mundo y me recordó el poder de Oñondivepa, o la unión, para crecer como uno solo.
Perspectivas personales de Nikkei
Antes de COPANI, había estado poco expuesta a la cultura latinoamericana y a los nikkei de otros países. COPANI me dio la oportunidad de entenderme mejor a mí misma y lo que significa ser nikkei a escala global. Conocer a personas de países tan variados como Brasil, Argentina, Perú, Suiza, Canadá, México y muchos más, cada uno con sus propias historias únicas pero con raíces compartidas en la herencia japonesa, fue una experiencia reveladora.
A pesar de nuestra diferente crianza cultural, me di cuenta de que todos enfrentamos luchas similares: equilibrar nuestras raíces japonesas con los países que nos criaron.
En el panel de Jóvenes Nikkei, me impactó la idea de que no estamos definidos por fracciones de nuestra herencia. No tenemos que pensar en nosotros mismos como mitad japoneses y mitad otra cosa; en cambio, podemos abrazar plenamente ambas identidades, siendo cien por ciento japoneses y cien por ciento estadounidenses (en mi caso).
Esta mentalidad de ser dueña de ambas partes de mí me ha empoderado, y escuchar las historias de otros jóvenes nikkei me hizo darme cuenta de que no estoy sola en este viaje. Sentí una conexión instantánea con mis nuevos amigos que comparten una pasión por celebrar nuestra herencia japonesa y, al mismo tiempo, asumen la responsabilidad de contribuir con las comunidades y los países que nos criaron.
Responsabilidad profesional y cultural
Más allá de las conexiones personales, COPANI me brindó lecciones invaluables sobre liderazgo, espíritu emprendedor y responsabilidad cultural. Me presentaron el concepto de intoku (la donación silenciosa y humilde) que sigue siendo fundamental en la cultura japonesa. Hablamos sobre cómo este principio se puede compartir a nivel mundial, influyendo en la forma en que damos a los demás de manera significativa. Aunque siempre viví según este principio, aprender su nombre me impulsó a comenzar a pensar en cómo puedo compartir esta parte de mi cultura con el mundo.
También obtuve conocimientos prácticos de profesionales inspiradores como Sachi Tanaka, quien nos recordó: “Nos DETENEMOS en lo que llama la ATENCIÓN y nos QUEDAMOS en lo que nos da VALOR”. Me veo aplicando sus lecciones no solo como estudiante de negocios, sino también en cómo me comunicaré con las personas en mi vida.
Y el consejo de Martín Akamine —“ Algún día extraño hoy. Mirarás atrás y recordarás, así que piensa en lo que vas a hacer ese día”— se quedó conmigo, reforzando la importancia de estar presente y ser intencional. Podría seguir y seguir hablando de lo que aprendí de estas personas inspiradoras que lideran con ambición y sentido de comunidad.
Propósito renovado
Me fui de COPANI no solo con nuevas amistades y conocimientos, sino también con un renovado sentido de propósito. Me siento inspirada a asumir la responsabilidad por el futuro de nuestra comunidad y al mismo tiempo honrar nuestras raíces.
Como estudiante de negocios con aspiraciones de contribuir a mis comunidades, la gente que conocí y la sabiduría que obtuve en COPANI sentaron una base sólida para mi futuro camino. El tema de Oñondivepa —todos juntos— captura la esencia de lo que experimenté y lo que espero aportar a nuestra comunidad Nikkei global, fuerte y unificada.
© 2024 Lily Ichise