Me llamo Arturo Wakabayashi y mi nombre japonés es Yoshio. Es muy común en la comunidad nikkei tener un nombre en japonés, así unos también inscriben ese otro nombre en la partida de nacimiento y otros no, como es mi caso. Me he desenvuelto en ambientes de estudios o de trabajo bajo el nombre de “Arturo”, dentro de la familia como “Yochi” y en otro grupo de amigos muy cercano, pero sin raíces nikkei, como “Waka”.
Esta triple identidad, como todo un superhéroe, nos ha caracterizado a muchos nikkei y ha permitido desarrollarnos en cualquier ámbito, porque nos permite integrar las distintas facetas que nos identifican. No tengan duda de que me lamento por no haber averiguado el origen de la elección de mi nombre en japonés, ahora que no están mis padres, pero al menos conozco el kanji que eligieron y a lo mejor fue elegido por la cantidad de trazos que lo componen y así asegurarme una vida de salud y prosperidad.
Vi en el TikTok que un restaurante oriental, llamados chifas en Perú, había ofrecido como promoción por su primer aniversario de funcionamiento un regalo: la escritura en kanji de tu nombre. Así se acercaban personas ansiosas de tener escrito Roberto o Juana con caracteres chinos.En mi caso fui raudo, pero para tener escrito mi nombre en japonés. El calígrafo resultó ser el propietario del chifa que a la vez resultó ser un graduado universitario, ganador de un concurso internacional de caligrafía en su natal China. Me acerqué al chifa Grulla llevando una muestra del kanji de Yoshio y le pedí lo mismo para conocer el kanji de Arturo. Jou, así se llama el artista, demostró que sí sabía su oficio pues, sin bocetos previos, empezó a hacer trazos con sus pinceles y tintas de shodo.
Además de este aporte de nombres japoneses por parte de nuestras familias, también la difusión del manga, del anime o de doramas, embajadores de la cultura popular japonesa en las últimas décadas, ha colaborado a que haya presencia de nombres japoneses dentro de las familias peruanas sin vínculos con Japón. Eiyi, Goku y Oshin son nombres que pueden aparecer en primer o segundo lugar en documentos de identidad, certificados o constancias. La producción audiovisual japonesa ha acortado la distancia entre las culturas y hoy muchos jóvenes se sienten no solo cercanos a ella, sino también parte de ella al preparar ramen, realizar cosplay o integrarse al matsuri de la comunidad nikkei.
Ahora bien, en la siguiente historia, mi triple identidad de Arturo, Yochi y Waka tomará una tercera alternativa y tendrá mucho que ver el anime. Soy ingeniero y laboro como perito de la Corte Superior de Justicia de Lima y mi misión es la de ser un órgano de auxilio judicial en las valorizaciones de los inmuebles que se involucran de diferentes formas, por ejemplo, en la ejecución de hipotecas.
El pago por esta tarea se realiza a través del Banco de la Nación, que es la entidad que proporciona al gobierno central los servicios bancarios para la administración de los fondos públicos.
El protagonista de esta historia se llama Cesar Enrique León, quien se desempeña como administrador de la agencia del Banco de La Nación a la que acudo. Persona muy atenta y servicial, desde la primera vez que autorizó mi pago no se olvidó de mi apellido: Wakabayashi.
Aquella vez, me dijo que yo era la primera persona con el apellido Wakabayashi que conocía y que él era un seguidor de una popular serie animada de la televisión japonesa llamada “Los Súper campeones” en Hispanoamérica, cuyo argumento giraba en torno al fútbol, que empezó como manga en 1981 y fue emitida por TV Tokyo entre 1983 y 1986.Llegando a casa quise averiguar más de aquella serie de televisión de la que no sabía mucho y le pregunté a mi hijo de 24 años si sabía algo referente a esa serie de anime, y me respondió que por supuesto, que el protagonista en la versión japonesa se llamaba Wakabayashi Genzo y en otros países era conocido como Benji Price. Era un joven hijo de una familia muy rica y entrenaba mucho para llegar a convertirse en arquero de un equipo de fútbol.
Ahora cada vez que voy al Banco de la Nación, si me ve el señor León siempre me saluda cordialmente en voz alta diciéndome: “Buenas tardes, señor Wakabayashi” o “Cómo está, señor Wakabayashi”, con una sonrisa amistosa que en el fondo, pienso, es porque está recordando sus años juveniles y despreocupados viendo a Benji Price, el mejor portero del mundo, en su programa de anime favorito.
© 2024 Arturo Wakabayashi
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