Los hermanos Uechi tienen una relación muy fraterna con el emprendimiento y la gastronomía. La historia de Carolina empieza en 2012, cuando abre su restaurante “La Cocina de Caro”,1 donde su padre y sus tíos fueron sus primeros socios, y un par de años después en Kilo, un steakhouse diferente que le ha dado un prestigio dentro de la culinaria peruana.
La historia de Pepe Uechi es diferente, empezó en una cancha de fútbol y siguió en otro campo verde: la selva peruana.
“Estudié en La Unión y en el AELU hice atletismo y fútbol, formé parte de la selección del club y estuve en la selección nacional Sub-15 y Sub-16”, cuenta Pepe, quien a sus 30 años sigue practicando este deporte.
En la Pontificia Universidad Católica del Perú hizo la carrera de diseño industrial y se especializó en el diseño sostenible, dedicándose en especial a los emprendimientos sociales, esos que lo llevaron a enamorarse del pulmón verde del planeta.
Empezó haciendo proyectos de educación y diseño inmobiliario allá con sus socios y juntos encontraron una oportunidad de desarrollar el café a partir de una máquina para tostar café que podía funcionar con energía solar. Así inicia, en 2015, en Satipo, Junín, Café Compadre, una empresa cafetera que busca empoderar a los pequeños caficultores a través de un modelo económico que permite a los productores ser parte de la cadena de valor del café peruano, un producto de alto valor pero que no genera los beneficios justos para quienes lo siembran.
El mundo del café
Pepe y su grupo presentaron esta idea a un programa de incubación, con el objetivo de brindar tecnología solar a los caficultores, empezando con uno de la comunidad nativa asháninka. “La idea era asegurar un pago justo para que sean rentables a través de una marca”. Los productores eran los ‘compadres’ a los que esta empresa empezó a brindar capacitación para obtener un insumo de mejor calidad, que luego repercutiera en un café de especialidad.
El que venden bajo la marca Café Compadre se cultiva entre los 1200 y 1800 metros sobre el nivel de forma orgánica y en tres perfiles de sabores diferenciados. Gracias al desarrollo de la marca, han podido incorporar a nuevos socios, habilitar una tienda virtual y dar tips por redes sociales para hablar del mundo del café.
En 2018, Pepe se fue a hacer una maestría en economía y ciencias del café en la Università degli Studi de Udine, al noreste de Italia, de donde llegó con una nueva idea.
“Yo conocía mucho del tema de cafeterías de especialidad y algo que veía que faltaba en Lima era que no encontraba cafeterías con una buena propuesta gastronómica”, explica Pepe.
Es entonces que convoca a sus hermanas, Carolina para lo culinario y Diana para temas logísticos y de marketing; y juntos empezaron Café Comadre en agosto de 2022, muy cerca de las canchas de fútbol del AELU y en un local tan grande que decidieron aprovecharlo para hacer algo más.
Apetitosa carta
“¿Y cómo es trabajar con tus hermanas?” es el mensaje que publicaron en la cuenta de Instagram de Café Comadre, junto a una foto de los tres muertos de la risa durante la marcha blanca del local y de Dan Dan Burger, la marca que desarrollaron para ofrecer las hamburguesas de autor de Carolina Uechi. En su local del distrito de Pueblo Libre conviven estas dos marcas en un ambiente en el que se percibe un contacto con la naturaleza en las aves que se pasean por la terraza y los perros que llegan a esta cafetería pet friendly.
La carta de Comadre tiene variedad de cafés fríos y calientes, bebidas con té matcha, empanadas y sándwiches artesanales (una opción es ellomito ahumado y flambeado al pisco o el de jamón de bondiola), platos con un toque nikkei (están la panceta oriental, en cocción lenta, la receta de la obachan, con un puré cremoso y arroz; o el roast beef con ajos crocantes, mantequilla noisette y finas hierbas). Están también las ensaladas poke, las alitas glaseadas (con salsa teriyaki, honey mustard y salsa BBQ) y los postres: cheesecake, carrot cake y torta de chocolate, entre otros.
Entre las hamburguesas de Dan Dan pueden pedirse las clásicas (de carne Angus con queso cheddar; en salsa BBQ con queso gouda; o con huevo frito, plátano frito y queso cajamarquino) o las especiales, como la Dan Dan con tocino, cebolla crocante y salsa cheddar o la Veggie, hecha a base de lentejas. También tienen salchipapas, la UFC (Umami Fried Chicken) y el pollo crispy, entre otras, que se acompañan con papas fritas (las clásicas o las que llevan queso derretido, tocino crocante y salsa gravy) o camote frito.
Cultura cafetera
Desde que se apoyaron en Nesst Perú, un fondo para emprendedores de capitales peruanos para impulsar emprendimientos locales, Café Compadre no ha dejado de crecer. “Ellos nos dieron acompañamiento y un mentor para posicionar la marca, tener más presencia y un lugar de venta”, cuenta Pepe, quien agradece la buena respuesta que ha habido de público, especialmente entre los vecinos, muchos de la comunidad nikkei que, aunque no es tan afín al café, siempre reconoce un buen café.
“El mercado del café es pequeño en el Perú si se compara con otros países, pero está en gran crecimiento en las cafeterías normales y las de especialidad”, añade Pepe, quien cuenta que cuando hacen catas abiertas de café, mucha gente se inscribe apenas en las primeras horas de lanzada la convocatoria. “Hemos tenido que habilitar tres horarios”. Actualmente trabajan con café de Satipo y este año tienen planificado incluir a otros productores de Tingo María.
Aunque Carolina estudió administración, Pepe diseño industrial y Diana diseño de modas, los tres hermanos han encontrado en la cocina una forma de seguir los pasos de sus tías cocineras, con el cariño en la preparación como un ingrediente que no puede faltar. Café Compadre y Café Comadre son una muestra de la forma en que afrontan todo lo que se proponen: con mucha pasión y responsabilidad que viene unida a ese vínculo que tienen con su comunidad.
Nota:
1. Enrique Higa Sakuda, Asociación Peruano Japonesa, “La cocina de Carolina Uechi,” Descubra a los Nikkei, 25 de octubre de 2013.
© 2023 Javier García Wong-Kit
