Cuando la “lealtad incondicional” sale mal...

A lo largo de los años de reunir las piezas de la historia de mi familia, estaba ansioso por descubrir las circunstancias que llevaron a los patrones que todavía impactan a mi familia hasta el día de hoy. Comprender mi lejana historia japonesa, judía de Bujará y afroamericana ha sido nada menos que un desafío. Al reflexionar sobre los últimos dos siglos de historia familiar, logré encontrar un denominador común: los miembros de mi familia estuvieron involucrados en situaciones tóxicas.

He identificado antepasados ​​de los últimos dos siglos que han sufrido desafíos interpersonales con sus compañeros de trabajo, amigos, parejas románticas y cónyuges. Muchas normas socioculturales refuerzan la “lealtad incondicional” a la familia y la comunidad, incluso si te maltratan o causan tu desgracia.

Lograr independencia de comunidades y situaciones familiares tóxicas es relativamente nuevo y más aceptado en las sociedades occidentales que en otras partes del mundo. De hecho, la migración puede ser la única excusa tolerable para dejar atrás a una familia o comunidad, y era raro que alguien emigrara solo. Por otro lado, todavía está mal visto que alguien se aleje de relaciones familiares tóxicas.

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Esto se remonta a mi proceso de juntar las piezas. Mi falta de voluntad para ignorar una fea verdad y aceptar una bonita mentira me ha ayudado a aceptar que mis parientes lejanos en Japón hace siglos no eran santos. Tomaron algunas decisiones deshonrosas con el fin de obtener el honor de sus superiores.

Mis parientes lejanos, un clan de Suwa (en la actual Nagano), eran leales al shogunato Tokugawa incluso antes de la batalla de Osaka. Sin embargo, desde esa batalla y las atrocidades que siguieron (el saqueo de las aldeas circundantes y los ataques a mujeres, niños y ancianos por orden de Tokugawa), el clan se sintió presionado a demostrar su lealtad a expensas de su integridad. Desde el siglo XIX hasta que el clan desapareció, justificaron hacer lo que les dijeron.

También había parientes lejanos, una familia de comerciantes de Nagasaki, que finalmente fueron sometidos por las mismas personas que trabajaban a su lado. Desde el siglo XIX hasta poco antes de la era Meiji, estos parientes se dedicaron al comercio con viajeros holandeses en Nagasaki durante muchos años. Después de que el comodoro Matthew Perry forzara la apertura de las fronteras en Japón, muchos comerciantes europeos deambulaban libremente por Japón.

Como resultado, el cólera provocó la enfermedad y la muerte de más de 100.000 japoneses. Enojados y asustados, muchos japoneses se unieron para atacar a los comerciantes europeos. Muchos europeos fueron asesinados junto con los comerciantes japoneses que trabajaban con ellos. Con la excepción de mis antepasados ​​directos que ya estaban en Estados Unidos, ninguno de mis parientes comerciantes sobrevivió a los ataques en Nagasaki.

Esta historia de lealtad incondicional en situaciones tóxicas se ha repetido incluso entre los miembros de mi familia en la comunidad afroamericana. En este caso, las condiciones de la comunidad afroamericana se deben al abuso psicológico y social en Estados Unidos, que son cuestiones más complejas que no se tratan aquí. La comunidad afroamericana declara lealtad a la noción de “negritud” más que lealtad a otros negros. En otras palabras, incluso si los negros te maltratan, alejarte de su maltrato te convertirá en un “vendido” y un “desconsiderado” ante el dolor de otros negros.

Darme cuenta de este patrón recurrente me obliga a buscar mejores amistades y relaciones para mí. Estoy más motivado que nunca para romper viejos patrones y alejarme de relaciones tóxicas. Veo claramente que las relaciones sanas permiten el apoyo mutuo, mientras que esto no es posible en las relaciones no saludables. En las relaciones no saludables, todos eventualmente pierden.

Vilipendiar a quienes se alejan de situaciones tóxicas es tóxico en sí mismo. Esa es simplemente mi posición ahora. A veces, cuando quieres que tus circunstancias cambien, el cambio tiene que empezar contigo . Mi consejo para quienes se encuentran en una encrucijada similar en sus propias vidas es este: si usted tiene que ser el cambio que necesita en su vida, entonces no tenga miedo de ser ese cambio que necesita para sí mismo.

© 2023 Tuney-Tosheia P. McDaniels