Historia de la Colonia Wakamatsu
Hace casi 150 años atrás, en el año 1869, un grupo de 22 japoneses de Aizuwakamatsu que habían sido derrotados en la guerra de Boshin-Senso se dirigieron como colonos a Golden Hill, Estado de California, Estados Unidos. Se puede decir que es el primer grupo oriundo de la Prefectura de Fukushima que llega al continente americano dirigido por el prusiano John Schnell, a fin de buscar nuevos horizontes en tierras nuevas. Y el primer grupo migratorio de japoneses había sido el año anterior, en1868, que habían llegado a Hawaii.
El plan de John Schnell, comerciante que se hacía llamar Buhei Hiramatsua durante la guerra de Boshin-Senso vendiendo armas al feudo de Aizuwakamatsu, era el de instalarse en Golden Hill donde estaba la fiebre de oro para cultivar y vender té y seda. Junto a su esposa japonesa y sus dos hijas más un grupo de 22 japoneses emprendieron la colonización de Golden Hill y construyeron la Colonia Wakamatsu, conocida como “Wakamatsu Tea and Silk Farm”. Llevaron de Japón 6 millones de semillas de té y 140.000 plantines de té.
Sin embargo, dado que el agua era usado para lavar las pepitas de oro no pudieron abastecerse lo suficientemente para regar los cultivos. Incluso el agua que compraron tenía demasiado azufre por lo que las plantas de té como las de mora para los gusanos de seda sufrieron daños irreparables. El plan fracasó y la Colonia se disolvió en tan solo dos años.
John Schnell se volvió a Japón para conseguir financiamiento pero jamás regresó.
Okei y Matsunosuke
Al fracasar el proyecto de la Colonia casi todos partieron de Golden Hill para tomar cada uno su rumbo. Sin embargo, dos personas se quedaron allí: Okei Ito de 17 años quien era la niñera de los hijos de John Schnell y Matsunosuke Sakurai que era el custodio de Schnell.
Lamentablemente, Okei fallece a los 19 años de edad a causa de una enfermedad. Hay testimonios de que ella cantaba llorando al atardecer desde la colina de Golden Hill mirando hacia el oeste que estaba Japón, pues la invadía la nostalgia, la tristeza y el recuerdo de su familia, al estar tan lejos de su patria.
Okei es la primera japonesa que ha sido sepultada en tierras norteamericanas. En esa colina está la tumba de Okei hecha de mármol que fue construída por Matsunosuke Sakurai que destinó para esa construcción 15 años de su ahorro. Sin esta lápida es muy posible que la Colonia Wakamatsu hubiere quedado en el olvido.
Y en el 2017 se encontró de manera casual la tumba de Matsunosuke por lo que se dispuso a colocar en marzo de este año (2018) una placa conmemorativa.
El té de Wakamatsu
Tengo entendido que mi bisabuelo fue maestro de la ceremonia de té. Es por eso que cuando sucede el accidente nuclear en la central eléctrica de Fukushima y la consiguiente fuga radiactiva pensé en si no podría transferir esa tradición del té en algún lugar de los Estados Unidos. Consideré que en la localidad de Napa, en el norte de California, donde hay viñedos podría ser un buen lugar para cultivar té. Comencé la búsqueda y consulté varias haciendas.
Y en eso, de pura casualidad supe que en Oroville, California, un tal Mike Fritz que cultivaba té sabía de la existencia de algunas plantas reproducidas de aquellos plantines de té que fueron traídas de Aizuwakamatsu. Eran los descendientes de aquellas plantas que había traído John Schnell y que en 1870 unas 1.000 habían sido vendidas en una feria estatal de San Francisco. Estas plantas fueron a parar a una quinta administrada por los hermanos Domoto que viven en la parte oriental de la Bahía de San Francisco, en la localidad de Oakland. Y luego, pasaron a un vivero del sur de California.
La verdad sentí que esto no era pura coincidencia sino un destino al que yo debía asumir. Por eso, me puse en campaña para que de alguna manera se pueda cultivar aquí en California el té de Aizuwakamatsu.
Hace 150 años atrás los colonos de la Colonia Wakamatsu no pudieron concretar ese sueño, y por eso que decidí concretar ese legado donde en esas plantas esté representado un poco el espíritu de esos japoneses. Y en el año 2017, gracias a la colaboración de Kazuo Kojima, de Japón, pudimos plantar unos 100 plantines de té, allí en Napa, California.
“Two Girls Tea”
En Napa, la persona que de hecho cuida las plantas de té de Wakamatsu en la quinta Jack Rabbit Farm, es la joven Sara. Ella cultiva verduras de manera natural y junto a los huevos de gallina que se crian sueltos los vende a los pobladores locales. Se conmovió mucho de la historia de Okei de la Colonia Wakamatsu y decidió participar en este emprendimiento de cultivo de té. Por eso, la quinta se denomina: “Sara’s Japanese Tea farm in Napa / Tea Journey since 1869”.
Este año (2018) pudimos cosechar algunas hojas de té y saborear esta primera cosecha. Lo que no se pudo concretar hace 150 años en la Colonia Wakamatsu ahora estábamos degustando un sabroso té. Estoy seguro que los espíritu de esos colonos estarán más que felices en que se haya podido concretar y continuar con su sueño.
A este té lo hemos denominado “Two Girls Tea”, en memoria de Okei y al esfuerzo de Sara, dos mujeres que han unido este gran anhelo.
En la búsqueda de patrocinadores
Mi mayor deseo es que pueden tomar este té la gente de Fukushima pero para eso es necesario incrementar el cultivo de las plantas de té. Estamos convocando a patrocinadores para hacer realidad este proyecto y seguir transmitiendo el legado y la historia de la Colonia Wakamatsu. Y desde luego, que puedan saborear este té que viene de Fukushima y que es el anhelo de hace 150 años.
Para contacto, Nao Magami: zakmagami@mac.com
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Nuestro Comité Editorial seleccionó este artículo como una de sus historias favoritas de serie Raíces Nikkei, Indagando en Nuestra Herencia Cultural. Aquí está el comentario.
Comentario de Keiko Fukuda:
En este ensayo hay mucho sentimiento pues tratándose de una vieja Colonia Wakamatsu de hace un siglo y medio que no pudieron concretar el cultivo de té, hoy lo están haciendo resurgir en California y hasta lo están saboreando. Que el bisabuelo del que escribe haya sido maestro de té es una coincidencia que el destino le ha deparado. Conocer a los ancestros es darle sentido a la pasión con que uno emprende algo nuevo. Uno logro convencerse de que es así porque hay una causal o un fundamento que lo sostiene. En tal sentido, que su bisabuelo haya sido maestro de té en Fukushima y la manera en que siente cultivarlo para enlazar el té de Aizuwakamatsu con ese pasado y el presente, se percibe el profundo respeto por lo que hace y siente una enorme satisfacción por ello. Deseo que se siga cultivando el té de Fukushima en esa tierra de Napa y que eso sea transmitido de generación a generación.
© 2018 Nao Magami
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