El reconocimiento de Chris Shinya Tomine como artista comenzó como una simple solicitud: se le pidió que creara carteles para publicitar los eventos anuales que se celebraban en la Iglesia Budista de Alameda. Los carteles hicieron su trabajo y atrajeron a los participantes a las ocasiones, pero luego se convirtieron en codiciadas obras de arte coleccionables.
“En el año 2000, el templo budista de la Alameda me pidió si haría carteles para sus funciones”, dijo Tomine. “Tienen dos grandes eventos, un bazar anual y el Obon. Dije que lo haría. He estado haciendo carteles para ellos desde entonces”.
El Templo Budista de Alameda, ubicado en 2325 Pacific Ave., celebra un bazar todos los años en junio, un importante evento de recaudación de fondos para la iglesia. Además, el templo es un participante central del Festival Obon comunitario anual que se celebra en julio. Obon es una celebración de los antepasados difuntos e incluye bailes Bon Odori (folclóricos), comida, exhibiciones y espectáculos culturales japoneses.
Una gran parte del éxito de los eventos y una buena participación depende de los carteles exhibidos en la comunidad de Alameda, una ciudad de aproximadamente 99.000 habitantes ubicada en la Península, justo al sur de Oakland y en otras ciudades del Área de la Bahía.
Cada año, Tomine tiene que crear nuevos carteles con nuevos temas tanto para el bazar como para el Obon, un arte destinado a informar al público y a la vez entretener.
“Normalmente trato de trabajar con un poco de humor en mis obras de arte”, dijo Tomine.
Las representaciones alcanzaron renombre local hasta el punto de que el año pasado se llevó a cabo una importante exhibición de sus obras de arte en el Templo Budista de la Alameda durante las celebraciones para celebrar el centenario de la iglesia.
“Se exhibieron unas 30 obras de arte y muchas se vendieron”, dijo Tomine. "Todo el dinero recaudado con las ventas se destinó a la iglesia".
Tomine puede rastrear a sus antepasados por parte de su padre hasta la ciudad de Itako en la prefectura (estado) de Ibaraki en la costa al oeste de Tokio. Los parientes de su madre procedían de la isla Kyushu, en el extremo sur de Japón.
Tanto su padre Susumu Tomine como su madre Tomoe fueron encarcelados en el Centro de Segregación para japoneses y japoneses americanos de Tule Lake, acusados de deslealtad por el gobierno de Estados Unidos en 1942 durante la Segunda Guerra Mundial. Tule Lake, ubicado en una zona remota del noreste de California, era una prisión para aquellos considerados los reclusos más recalcitrantes.
“Mis padres rara vez hablaban de eso cuando yo era niño, pero creo que los enviaron a Tule Lake porque mi padre respondió “No, no” al cuestionario (de lealtad)”, dijo Tomine.
A los reclusos, incluidos los ancianos, se les pidió que respondieran una prueba de lealtad (incluidas las preguntas 27 y 28) en la que los prisioneros tenían que renunciar a su lealtad al Emperador de Japón a pesar de que, como ciudadanos estadounidenses, por lo general no tenían esa lealtad al Emperador japonés.
Aquellos que respondieron que sí a menudo fueron enviados a prisiones de menor seguridad, como la de Heart Mountain, Wyoming.
“Después de la guerra, mi papá trabajó como jardinero y mi mamá era estilista”, dijo Tomine. “Mi hermano y yo pasamos muchos años, sábados y veranos, ayudando a mi papá”.
Tomine asistió a Alameda High School y luego a UC Berkley y obtuvo una licenciatura en ingeniería física. Obtuvo una maestría en física de la Universidad Estatal de Oregón y un doctorado en ingeniería mecánica.
“Terminé mis estudios en 1972 y me mudé a Sacramento”, dijo. “Conseguí un trabajo como profesor en la Universidad Estatal de California, Sacramento. Fui vicepresidente asociado de la universidad y presidente del departamento de ingeniería civil. Durante un tiempo también fui presidente interino del Departamento de Estudios Asiático-Americanos”.
Tomine ocupó el puesto de profesor durante 30 años enseñando a los estudiantes habilidades básicas de ingeniería además de instrucción sobre cuestiones ambientales, los aspectos tecnológicos de la contaminación del aire, su monitoreo y control.
Hoy jubilado, Tomine dijo que se interesó por el arte desde pequeño.
“Como adulto, no fue nada profesional ni dedicado”, dijo. "Yo era lo que en japonés llamamos un artista 'tokidoki' (ocasional)".
Su esposa Jane Naito es una reconocida profesora del arte del ikebana (arreglos florales japoneses). Ella brinda valiosos consejos en cada cartel que produce Tomine.
“Ella critica mi trabajo”, dijo. "Tiene un gran ojo de artista".
Hasta la fecha, Tomine ha producido aproximadamente 34 carteles para el Templo Budista de la Alameda.
Para obtener ideas, dijo que mira obras de arte en calendarios, grabados en madera japoneses, libros y otras fuentes.
“Cada mes de abril y mayo tengo los pies en el fuego debido a una fecha límite y tengo que crear nuevos carteles”, dijo. “Los hago en mi computadora con Adobe Illustrator (software). Usando el mouse de mi computadora, hago un contorno y luego lo relleno con colores”.
Un cartel muestra a un samurai (guerrero) japonés en una función de la iglesia comiendo udon (fideos anchos). Otro es un samurái que sostiene en alto un cartón de bingo y grita “¡bingo!” El samurái ha sido un tema popular a lo largo de los años y otro cartel muestra una figura icónica de un guerrero en un evento de la iglesia comiendo un hot dog.
Otro cartel muestra a una mujer vestida con kimono cantando en el Festival Obon, mientras que otro cartel muestra a una mujer vestida con kimono ajena a los bailarines de Obon haciendo una llamada a su teléfono celular. El humor inyectado en tales interpretaciones a menudo incluye lo irónico y lo ligeramente inverosímil.
"No produzco carteles en un bloque sólido de tiempo de trabajo", dijo Tomine. “Trabajo en uno durante unas ocho horas y luego lo dejo reposar. Mientras tanto, a veces se te ocurren mejores ideas. Trabajo a trompicones”. Un proyecto puede tardar dos semanas o más en completarse.
Una de sus obras de arte más inusuales toma como base la famosa impresión de Andy Warhol de una lata de sopa Campbell's, solo que en este caso la cambia por una lata con la etiqueta asiática de sopa de miso.
"Esa fue una parodia de la parodia de una lata de sopa de Warhol", dijo Tomine.
Cuando no está trabajando en su arte, Tomine dijo que le gusta jugar un poco de golf y también toca y canta en una banda local de guitarras de siete miembros.
La gente busca ávidamente apoderarse de los carteles una vez que termina una función del Templo Budista de la Alameda y los carteles se caen de las paredes. Se reproducen y publican hasta 100 o más en tiendas, restaurantes y otros negocios de la zona.
“Se colocó uno en una oficina de bienes raíces y la gente quería saber si podrían tenerlo después de que terminara el evento”, dijo Tomine.
Dijo que es una buena sensación que se aprecien sus obras de arte.
“La gente me ha dicho lo mucho que disfruta viéndolo y eso me hace feliz”.
Se pueden ver ejemplos de este arte visitando el sitio web del Templo Budista de la Alameda.
*Este artículo fue publicado originalmente en Nikkei West el 19 de marzo de 2018.
© 2018 John Sammon
