Antes del actual boom de la gastronomía japonesa las palabras como “sushi”, “tempura”, “yakisoba”, “yakitori” ya eran bastante conocidas por el público en general, pero últimamente ya es también muy familiar el “onigiri” como el “dorayaki. Son nombres de los menúes de la comida japonesa pero algunos, por simpatía o imagen, lo usan como nombre de una tienda o empresa, sin importar el significado que tienen.
En casi todos los países de América Latina ya no es inusual ver nombres japoneses romanizados en negocios y eventos comunes que no son de la colectividad japonesa. Desde siempre hubo camisetas con nombres e ideogramas “kanji” puestas de manera ilustrativa sin que tengan un significado en especial, pero ahora se ven productos con denominaciones japonesas o japonizadas donde se mezclan el español o el portugués.
Por ejemplo, los nikkei de Perú que participaban del principal evento gastronómico MISTURA organizaron en noviembre de 2017 un evento propio de platos japoneses llamado GOCHISO PERU, donde estuvo presente el restaurante MAIDO1 que es uno de los más prestigiosos por su reconocimiento internacional. En este evento también estuvieron las firmas importadoras de alimentos e ingredientes japoneses y las entidades nikkei que ofrecieron diversos números artísticos y espectáculos culturales de Japón.
Cabe recordar que en Perú la “comida nikkei” está reconocida dentro de la gran variedad gastronómica existente, pues los chef más famosos admiten los sabores y aderezos e ingredientes japoneses. El mismo chef Gastón Acurio2 que es Embajador Gastronómico del Perú ofrece en sus restaurantes menúes con el nombre “nikkei” utilizando pescado y frutos de mar frescos y lenguados o pulpos al vapor con salsa de soja. Gastón conoció en Barcelona la comida mediterránea y luego en Lima entabló amistad con un chef nikkei que le permitió recrear platos como el tiradito con toque japonés.
En Lima se puede apreciar muchos locales de “ramen” y de dulces “wagashi”. Uno de ellos es que está en la Avenida principal de San Borja que se denomina YOGASHI PATISSERIE que ofrece tortas y masas con un estilo japonés. El propietario y pastelero Carlos Yanahura es un nikkei de tercera generación que aprendió las técnicas pasteleras de Japón en Nagoya durante más de diez años. Todas sus creaciones tienen un toque distintivo japonés, tanto en su diseño, sabor, tamaño de las piezas y una presentación impecable. Yogashi significa tortas o pasteles de estilo occidental pero sus creaciones tienen indudablemente particularidades japonesas. Su apertura en Lima fue en el 2015 y hoy es un negocio exitoso que cumple con pedidos particulares como corporativos.
Tanto en el evento GOCHISO PERU como en el local de Yogashi Patisserie muchos de sus clientes no son de la colectividad japonesa y por ende el reconocimiento de la sociedad local es inexorable. Tienen estas denominaciones “japonesas” y eso genera un aire de confianza y calidez.
En los diversos eventos hay presentaciones artísticas de grupos que llevan el nombre de “ xx wadaiko”, “xx eisa”, “ xx ryukyu”, de manera romanizada, y eso es ya algo normal. De hecho, allí en Lima, hay una productora de imágenes llamada ONIGIRI Producciones pero no tienen nada que ver con bollos de arroz “onigiri” ni con alimentos japoneses. Son dos nikkei muy simpáticos que se dedican a filmar eventos y realizar documentales.
Y en Buenos Aires, Argentina, también se observan tendencias similares. Se puede decir que la tienda móvil AMO MI MATCHA o el YOSHI YOSHI ya son habitué no solo en los eventos nikkei sino en diversas ferias y festivales de la Ciudad de Buenos Aires de otros rubros. El primero lo gestiona una pareja nikkei y han sabido vender muy bien el sabor y la imagen del “matcha” (té verde en polvo) en masas y bebidas. Dos o tres décadas atrás nadie hubiera imaginado que el “matcha” que de por sí es un poco agrio tuviera esa valoración del público no nikkei. La otra tienda que hace un año y medio abrió sus puertas en el Barrio de Belgrano es ANATANI, que vende productos y menúes preparados libres de gluten.
Lo interesante es que ambos emprendimientos tienen un público no nikkei importante cuyo local o nombre comercial es “japonés”. Como los que atienden son nikkei el público va comprendiendo que esos productos representan o manifestan de alguna manera algo japonés. Hace 30 años atrás era algo impensable y hubiera sido muy difícil presentar este tipo de productos con denominaciones de esta naturaleza. De hecho, por ejemplo, el “dorayaki” o el “manju”, ambos con judías dulces de color oscuro, hubiera sido imposible ofrecerlo a un público no nikkei.
Y los mismos eventos nikkei se denominan por ejemplo, “Nihon Matsuri” o “Bon-odori”, y ya casi todos perciben que “MATSURI” es un festival japonés y el “Bon-Odori” un baile con kimono de verano “yukata” con ritmo sereno y reiterativo donde todos pueden disfrutar horas. Desde luego, en cada uno de estos eventos pueden degustar diversos platos y comprar adornos e ingredientes japoneses.
Desde que se ha ampliado el uso de estos términos japoneses romanizados se hace necesario más que nunca que los empresarios y comerciantes nikkei comprendan mejor cada uno de los conceptos y en ocasiones su filosofía y trasfondo histórico. No deben olvidar que hay muchas personas que no son de la colectividad que dominan bastante bien el idioma japonés y los que se interesan por las diversas expresiones de la cultura japonesas quieren saber más y correctamente. Por eso, los nikkei que planifican y organizan eventos como los que ofrecen productos y servicios gastronómicos no pueden dejar de tener los debidos conocimientos y ser más profesionales en todo lo que realizan.
El boom del Cool Japan ha permitido que muchos nikkei puedan dedicarse a estas actividades y los que participan de ella sientan simpatía e interés por la cultura japonesa. Es indudable que las expresiones romanizadas de las palabras japonesas generan confianza y son amigables. Por eso, como nunca los nikkei tienen la oportunidad de ofrecer muchas cosas pero con conocimiento y la debida información. Por otra parte, por el aumento de la competencia dentro de un mercado que puede ser limitado y entre los del mismo gremio, deben seguir innnovando y mejorar mucho más la atención con pequeños detalles, buen diseño y empaque de buena presentación, y para determinados eventos será necesario colaborar más con las instituciones civiles locales, sean públicas o privadas. De esta manera, podrán salir del ámbito nikkei para que la oferta gastronómica llegue a otros potenciales consumidores de la sociedad y se amplíe más el mercado.
NOTAS:
1. El propietario es el famoso chef Mitsuharu TSUMURA y ha sido distinguido mundialmente en varios premios gastronómicos internacionales.
2. Restaurante Astrid y Gastón, en Lima
© 2018 Alberto J. Matsumoto