Desde el mes de octubre del 2008 no ha habido un solo día en que no se haya hablado del empeoramiento de la situación económica de Japón. Se han producido recortes de personal, más que nada de los eventuales y precarios por agencias, y ya se habla de reducciones salariales y despidos de los empleados permanentes y retiros anticipados del personal jerárquico.
El sector automotriz, el de autopartes, eléctrico, electrónico y todas las industrias dirigidas al mercado externo se han visto obligadas a tomar medidas drásticas con reducciones y suspensiones que podrían llegar los 500.000 trabajadores en estos seis meses. Más de la mitad de los nikkei latinos que viven en este país trabajan en estos ámbitos y con contratos precarios, por lo que podría afectar socialmente de manera negativa.
La reforma a la Ley de Despacho de Personal Eventual (rodosha haken-ho) de los ultimos años ha desregulado los sectores objeto de ubicación laboral (el manufacturero que hasta ese entonces estaba prohibido se ha autorizado) y a cambio la fiscalización de la autoridad de aplicación se ha puesto más rígida dando una mayor protección a los eventuales y por agencias. Muchas contratistas han asegurado a los extranjeros a la seguridad social y a los seguros contra siniestros laborales y de desempleo.
Pero la crisis ha obligado a las contratistas a buscar nuevos sectores donde poder ubicar esta mano de obra extranjera. Se sabe que el cuidado de ancianos y discapacitados (kaigo) sigue necesitando personal, pero exigen un buen nivel de idioma japonés y la licencia para trabajar como asistente "home helper 1 ó 2".
Si se aprueban en los próximes meses el prepuesto del año fiscal 2009 y los complementarios del 2008, es muy posible que los programas de obras públicas, mantenimiento de infraestructuras, promoción del agro y del sector energético no convencional (solar, eólica, etc.), etc. se reactiven y requieran personal. No hay que olvidar que los latinos desde que han llegado al Japón están en la precariedad de la que se habla tanto y es la mano de obra más flexible dentro del país. Por ende, están más adaptados que los japoneses a los avatares económicos y saben bien cómo buscar trabajo y dispuestos a ir a cualquier provincia o aldea del interior para dar sustento a su familias.
Y con respecto al plan retorno del gobierno japonés son muy pocos los peruanos que han solicitado esta ayuda pública. A pesar de que algunas familias han tenido que desalojar los apartamentos alquilados por las contratistas, tanto los municipios como las asociaciones de ayuda, las Iglesias y los mismos connacionales han mostrado su solidaridad para ir superando este trance. Algunos se han ubicado en casa de familiares y desde allí han buscado trabajos temporales en las fábricas de procesamiento de pescado, criaderos de pollos, etc. de la zona Hokuriku, Tohoku o Shikoku, pues se ha podido saber que algunas contratistas han ofrecido estos puestos de trabajo a los latinos de Gunma y Tochigi.
Los medios escritos de la comunidad Latina han puesto de manifiesto las manifestaciones de algunos brasileños exigiendo trabajo y más protección, pero a pesar de que la crisis es la “más grave en 100 años” se puede decir que los efectos negativos han sido, al menos en esta primera etapa, controlados. Es mucho menos que las reiteradas recesiones que han experimentado los latinos en sus países de origen.
Por otra parte, los países clientes de las exportaciones de Japón son los que más están sufriendo el desempleo, pues en los Estados Unidos ya supera el 7.5% (meses después se ha elevado a mucho más y el Estado de California se ha declarado en emergencia fiscal), los de Europa superan el 10% (España llega al 15%) y el promedio en la región latinoamericana a finales del 2008 era del 8 al 8.5%. Japón está en el 3.9 % (diciembre del 2008) y aunque la situación empeore los expertos creen que podría llegar al 6 % con cerca de 4 millones de desempleados (En junio de 2009 registró 5.3%). Es indiscutible que Japón tiene la tasa más baja de desempleo.
Y si vemos con más detalle los datos del último trimestre de 2008, a pesar de las voces de alarma de algunos grupos de ayuda a los extranjeros, la tasa de desempleo en las prefecturas donde más habitan los latinoamericanos no es tan alta, pues en Mie y Aichi es de apenas el 2.9%, en Shizuoka y Nagano del 3.0%, en Gifu y Yamanashi del 3.2%, en Gunma del 3.4%, en Tochigi del 3.6%, en Kanagawa y Tokio del 3.7%, todos por debajo del promedio nacional. Lo paradójico es que las provincias del noreste, la región Kyushu y Okinawa registran más del promedio, pues Okinawa es del 7.8% y Aomori del 7.9%, casi el doble del índice nacional. Desde luego que en muchas localidades industriales ha habido corte de personal pero no todos han quedado en la calle por un tiempo prolongado. Muchos tramitaron el seguro de desempleo, otros comenzaron a hacer cursillos de capacitación y otros fueron en busca de trabajos temporales y en cualquier sitio del país. Eso ha descomprimido la presión social y por ende se puede decir que las medidas gubernamentales, el seguro de desempleo y las contratistas han funcionado bastante bien.
El gobierno también está analizando dar mayor cobertura posible a los desocupados con el seguro de desempleo o dando subsidios a las empresas que mantienen los puestos de trabajo. Se ha aprobado también una partida para que los extranjeros puedan tener cursillos de japonés práctico en los meses que cobran la asignación por desempleo y muchas asociaciones de intercambio internacional que actúan bajo las directivas del municipio están ofreciendo cursos de idioma japonés gratuito o a bajo costo. Con sus limitaciones, el sistema de protección social funciona y, si bien ya no será lo mismo con las automotrices y las autopartes, surgirán otras industrias y sectores que hagan reactivar la recuperación económica.
El mercado interno sigue siendo grande y tiene capacidad de compra y consumo. Ha bajado el nivel de contratación de los graduados universitarios pero sigue estando en el 86%. Las empresas energéticas, de telecomunicaciones y de transporte, las de mantenimiento de infraestructuras viales y ferroviarias, siguen demandando personal.
Habrá que ver cómo evoluciona Japón y el mundo en el segundo semestre de 2009.
Nota: Este artículo ha sido escrito en enero de 2009. Posteriormente, el presupuesto complementario fiscal fue aprobado como así también algunas ayudas más a los trabajadores nikkei.
© 2009 Alberto J. Matsumoto