La cerámica tiene varios espacios. Yo diría que la cerámica es tanto cerámica de uso, de función, como cerámica de espacio diríamos estético y más ritual. Yo siempre pensaba en la función, porque además me inicié como un ceramista utilitario, comencé a tornear, a elaborar objetos de uso en un torno de manera muy práctica, y además la decisión de dejar la música y los estudios de filosofía finalmente fue para hacer objetos de cerámica bonitos, no tanto decorativos, sino útiles, para que la gente pudiera usarlos y conservarlos en su hogar. Pero además pensaba que yo podría de esa manera financiar mis estudios de música, imagínense. ¡Dónde esta esa financiación, hasta ahora no he pagado clases de voz, de canto con alguna buena maestra! Cómo uno se olvida, así como en esa parábola, uno busca y se olvida de lo que está buscando a veces. Pero estoy pensando que los dos espacios son muy importantes, muy difíciles de que sean compatibles también, más que en el que produce, en la recepción. Yo diría que la gente tendría a pensar que por tener la función, ya el objeto tiene menos valor que un objeto que ya no tiene una función, sino que tiene un espacio de planteamiento aislado, visual, casi como un símbolo estético de algo ¿no? Yo diría que los dos espacios tienen el valor importante, a mí me encantaría que todos ceramistas, o los artistas que hagan cerámica tuvieran esa posibilidad de entender que hay que transitar los dos espacios y recorrer esas dos vertientes para poder comprender el trabajo de la cerámica.