(Japonés) Acerca de mi identidad (étnica) creo que a medida que fui creciendo fue variando. Antes de venir a Japón yo me sentía japonés y ese sentimiento era muy fuerte. Si bien nací y me crié en Brasil yo estaba convencido de que era japonés. Vine a Japón con esa forma de sentir y pensar. Pero, aquí en Japón fui tratado como brasileño y en la escuela tuve problemas de adaptación. Cuando algunos compañeros me dijeron: “regrésate a Brasil”, sentí pena y confusión. Desde ese momento comencé a sentirme más brasileño y a actuar como tal. Me convencí de que era brasileño, pero siendo estudiante sentí dudas y contradicciones bajo esa identidad. En ocasiones me convencía de que era brasileño y en otras oportunidades de que era japonés y que era mejor seguir siendo tal. Creo que quería tener más compañeros y amigos, de ser igual a ellos. No sabía cómo serlo y seguía con mis dudas. Creo que quería naturalizarme para obtener la nacionalidad japonesa, aunque todavía era muy joven.
Tenga o no la nacionalidad eso no significaba que mi nivel de japonés mejorase, ni tampoco implicaba un cambio del medio social donde vivía. Será por eso que no sentía esa prioridad para naturalizarme. Igual, mi duda existencial de si era más brasileño o más japonés era algo que pesaba mucho en esos tiempos.
Y a medida que fui creciendo sentí que yo era más brasileño y que no podía ser 100% japonés, por más esfuerzo que haga. Por un lado, era mi falta de conocimiento sobre la sociedad y las pautas japonesas, pero comprendí que no podía ser igual que ellos. Supongo que la experiencia en mi hogar y el ambiente de familia donde crecí no ofrecían esos ingredientes para ser un japonés. Llegué a la conclusión de que no soy japonés; pero con la duda de que tampoco era muy brasileño porque no conocía muchas cosas del Brasil. Si no soy ni uno ni lo otro, entonces soy un “nikkei”.
Fecha: 18 de octubre de 2018
Zona: Gunma, Japón
Interviewer: Shigeru Kojima
Contributed by: Watase Media Arts Center, Japanese American National Museum