(Inglés) A la mañana siguiente cuando nos levantamos de esas camas de hierro con esos colchones horribles y viejos, Lawrence dijo "anoche, cuando fuimos a rellenar estos colchones, noté que habían algunas jabas detrás de la letrina. Creo que podría hacer algunas sillas para mamá y la abuela". Lawrence ya había conceptualizado la manera de cómo podía convertirlos en unas sillas maravillosas.
De modo que conservó la forma básica de una caja pero retiró la parte superior maciza y la rebajó para convertirla en un asiento. En la segunda caja, tomó uno de los lados y lo inclinó sobre el asiento para convertirlo en un respaldo abatible. Los tres lados se convirtieron en los tres lados de la silla. Tomó dos tablas más pesadas y las convirtió en reposabrazos. De modo que era una silla perfecta, casi como una poltrona. Era una silla perfecta para una persona baja.
Mi madre y mi abuela medían menos de un metro cincuenta y a ellas simplemente les encantaban estas sillas. No sé si mi abuela tenía los cojines que había traído consigo porque ella siempre tenía zabutons. Ella pudo haberlos metido en su bolsa de lona. Cada uno llegamos con una bolsa de éstas. No me acuerdo. En fin, ella tenía esos cojines, los cuales había colocado sobre las sillas.
Aún las recuerdo elogiando a esas sillas y a mi abuela que decía: “Bueno, después de todo, no es un lugar tan malo”, “Estoy agradecida” y “El agua es buena aquí, sabe bien y tenemos esta agua todo el año; ¿qué más podríamos pedir? Deberíamos estar agradecidos con lo que tenemos”. También, ella decía “Ahora que tengo la silla, soy una obaasan muy contenta”.
Aún recuerdo a mi abuela diciendo todo eso y a mi mamá que era muy feliz. Y bueno, se corrió la voz rápidamente y la gente escuchó sobre estas sillas, por lo que hubo una gran demanda por las jabas de baño. Pasó mucho tiempo antes que tuviéramos más de dos sillas.
Fecha: 9 de septiembre de 2011
Zona: California, EE.UU.
Interviewer: John Esaki
Contributed by: Watase Media Arts Center, Japanese American National Museum