En un predio donde la modernidad y el buen gusto se conjugan armoniosamente en toda su extensión se encuentra el Memorial de la América Latina. Sus construcciones monumentales fueron diseñadas por el famoso arquitecto Oscar Niemeyer. Es un conjunto de siete edificios en un área de 84 mil metros cuadrados, construido por el Gobierno del Estado de San Paulo, Brasil, con el propósito de promover la integración entre los pueblos por medio de la cultura.

En el auditorio principal con una capacidad para 1.600 personas se realizó el Simposio Internacional “Presencia Japonesa en la América Latina” del 19 al 20 de mayo del 2008 organizado por la Fundación Memorial de la América Latina con el apoyo de las siguientes instituciones: Centro de Estudios Nipo Brasilero, Asociación Panamericana Nikkei del Brasil, Asociación de investigadores Nikkei Brasileros, Museo Histórico de la Inmigración Japonesa en el Brasil, Sociedad Brasilera de Cultura Japonesa y de Asistencia Social, Asociación para la Conmemoración del Centenario de la Inmigración Japonesa en el Brasil y el Memorial de los Inmigrantes y la presencia numerosos profesores de las universidades de San Paulo, Estadual Paulista, Estadual Campinas. El simposio estuvo coordinado por el Profesor Shozo Motoyama con la participación de seis países donde se desarrolló la inmigración japonesa en la América Latina.

Presencia Japonesa en el Paraguay

Dentro del tema general me tocó desarrollar “La presencia japonesa en el Paraguay” que presenté con 40 fotografías alusivas al tema y de distintas épocas.

Mi exposición la inicié mencionando la apertura de las relaciones paraguayo – japonesas con el tratado firmado en el año 1919 por el Emperador Yoshihito del Japón y el Dr. José P. Montero, Presidente de la Republica del Paraguay. Con este tratado se excluyó a los japoneses de la Ley de inmigración firmada del año 1903, en la que se prohibía la entrada de inmigrantes negros y amarillos en el territorio nacional.

Desde entonces, las relaciones paraguayo - japonesas se mantuvieron firmes y amistosas, ampliando la cooperación mutua entre ambos países. Esa amistad se ratificó con la primera visita de Estado del Presidente del Paraguay al Japón en el año 1972, en que la Familia Imperial y el Gobierno del Japón le distinguieron con un trato muy especial. Asimismo, en el año 1978 el Paraguay recibió la visita oficial de Sus Altezas Imperiales, el Príncipe Heredero Akihito y la Princesa Heredera Michiko. Y, con ocasión del 50° Aniversario de la inmigración japonesa en el Paraguay (1986), llegaron al país el Príncipe Hitachi y la Princesa Hanako, mientras que, para el 70° Aniversario de la presencia Japonesa (2006), visitó el Paraguay el Príncipe Akishino.

Proceso de la inmigración Japonesa en el Paraguay

En un principio del Gobierno del Japón no tenía previsto enviar emigrantes al Paraguay, tampoco existía registro de algún ciudadano japonés trasladado al Paraguay.

Los motivos de la inmigración fueron: 1. La prohibición de la entrada masiva de inmigrantes al Brasil por su Gobierno en el año 1934, reduciendo la tasa a sólo un 2% del total de los grupos ya inmigrados, entre ellos los japoneses. 2. El plan emigratorio japonés ya estaba trazado para enviar a ciudadanos japoneses al Brasil. 3. El Ministerio de emigración – Takumusho - envió a un representante para concertar la inmigración al Paraguay y el Gobierno local accedió al recibimiento de 100 familias japonesas en forma experimental.

La inmigración japonesa en el Paraguay

Se puede dividir en dos grandes etapas: Antes y después de la Segunda Guerra Mundial. Entre 1936 y 1941 ingresaron 132 familias en la Colonia La Colmena y de 1954 a 1970 su fundaron cinco colonias organizadas primero por la compañías colonizadoras local y luego del gobierno del Japón y después de 1959 por el convenio de inmigración firmado entre ambos países. En esta segunda etapa se fundaron las colonias Chávez, Fram, La Paz, Yguazú y Pirapó.

Las características de los inmigrantes japoneses fueron y siguen siendo, en general y hasta el presente, la laboriosidad, el comportamiento ético, la rectitud, el estoicismo en ocasiones adversas y el impulso a la educación de sus hijos. Por otro lado, se puede decir que no hubo acciones de violencia, prisión ni humillaciones hacia los japoneses en el Paraguay.

Entre las contribuciones de los japoneses al desarrollo del país se puede mencionar que fue principalmente la agricultura con el fomento de la mecanización, el cultivo de la soja y del trigo, la diversificación en el cultivo de hortalizas, frutales y de otros productos agrícolas. Todo ello contribuyó al mejoramiento de la calidad de los productos paraguayos, del rubro de exportación y del sistema alimentario del país.

Por otro lado, en las cooperativas agrícolas japonesas, que fueron creadas desde el año 1948 y posteriormente en todas las otras colonias, se incorpora un modelo de organización y de unificación para mejorar la producción, comercialización, industrialización y exportación de sus productos.

La producción de la soja - que fue introducida por los japoneses en el Paraguay - es de 6.200.000 toneladas y ha llevado al país a ocupar el sexto lugar como exportador en el mundo.

Entre las empresas de Nikkei se pueden mencionar, entre otros, a la Agroganadera Ita K’avo de la Familia Maehara que cuenta con una producción de 600.000 huevos por día y que en la ganadería trabaja con las razas Bhrama, Braford, produciendo una excelente calidad de carnes. Asimismo, la firma Shirosawa apoya el desarrollo de la producción de sésamo, kaa hee (Stevia), maní y otros productos agrícolas; mediante el acopio, la industrialización y exportación apoya a unas 1.500 familias productoras.

Entre los profesionales Nikkei destacan los médicos, odontólogos, ingenieros agrónomos, empresarios, financistas, catedráticos universitarios, arquitectos. Las mujeres, además de las profesiones mencionadas, se encuentran especialmente en el mundo de la de empresas familiares y de algunas disciplinas de las artes.

Características de los nikkei del Paraguay

Debido a que la inmigración japonesa al Paraguay es la más reciente comparando con otros países, se observa todavía un gran acercamiento hacia el Japón. El 90% habla de alguna manera o a la perfección el idioma japonés debido a que las instituciones de enseñanza del japonés están bien organizadas. Por insistencia de los padres tanto japoneses como nikkei en general, existe una sólida presencia de la cultura y tradición japonesas; asimismo, el Gobierno del Japón apoya de cerca esta tarea. Algunos conservan la tradición ancestral como en una isla - aunque rodeada de tierra - y que tal vez hasta en el Japón mismo gran parte de ella está ya en desuso.

Cooperación Japonesa en el Paraguay

Desde los años ochenta, el Gobierno del Japón viene apoyando al desarrollo del Paraguay en tres tipos de cooperaciones, con datos hasta el año 2006: Donaciones por U$S 292 millones, Cooperación técnica por U$S 752 millones y Cooperación financiera por U$S 1.334 millones. Entre las donaciones se pueden mencionar la construcción, equipamiento y amoblado del Centro Paraguayo Japonés en el año 1988, varios hospitales nacionales, el Centro Materno Infantil, Centros de investigaciones en salud y agrícola/ forestal, el Instituto Paraguayo de Telecomunicaciones.

Conclusiones

Los inmigrantes en el Paraguay llegaron hace mas de 70 años y los de la post guerra hace 55 años manteniendo todavía la influencia y el arraigo hacia la tradición y la mentalidad japonesa en casi todas sus manifestaciones y emprendimientos, sobre todo en las comunidades (ex colonias) en donde están agrupados estructural y socialmente. Con esto no se quiere desmerecer la rica cultura japonesa sino que es necesario integrarse aun más dentro de la comunidad paraguaya local y poder ocupar un puesto de relevancia y liderazgo dentro de la sociedad nacional, con la sólida base característica de los japoneses. La ola de cambio vino después de tantos años a nivel de gobierno en el Paraguay. Es importante para los Nikkei estar preparados para este nuevo momento de construcción más integral del pueblo paraguayo.

© 2008 Emi Kasamatsu