Descubra a los Nikkei

https://www.discovernikkei.org/es/journal/2022/6/8/el-nantu/

El Nantu, el mochi de Uchina

Los nikkei heredamos una cultura que trajeron nuestros antepasados de Japón. Para mis abuelos, que vinieron de Okinawa con la inmigración, algunas de sus costumbres se han adecuado a nuestro país, mientras otras se han conservado al pie de la letra, pese a que en su lugar de origen ya han caído en el olvido, como si con ellos se hubiera congelado el tiempo. A veces siento que hemos crecido queriendo el lugar ideal que vieron en sus mentes.

Nosotros en Perú tenemos un pequeño emprendimiento llamado “Chawakí y algo más”, nació para preparar las ofrendas al butsudan (altar para veneración de los difuntos), además de otras comidas, para así seguir con las costumbres sobre la veneración de nuestros difuntos, además de preparar algunos platillos tradicionales. Entre los que seguimos estas costumbres, muchos las realizan como se la enseñaron, aunque en Okinawa haya variado; otros han optado por simplificar las cosas, algunas familias en sus siguientes generaciones han abandonado esta tradición por la rigidez de algunos antepasados.

La cocina es parte de la cultura, para nosotros que deseamos seguir con las tradiciones, buscamos saber un poco más de algunos alimentos que preparamos, en este caso de un dulce propio de la pequeña isla al que llamamos nantu, el mochi de Uchina.

Nuestro nantu es preparado con harina de arroz glutinoso (mochigo), se le agrega camote, azúcar, miso, ajonjolí y el colorante vegetal para darle los colores. Algunos dividen las partes, el camote que se usa en nuestro país es de color entre ocre y amarillo, y la otra parte se tiñe de rojo, algunos usan también el color verde. Antiguamente, cuando no se tenía harina de arroz, lo que hacían era moler arroz y tratar de formar la masa con agua y de esa manera reemplazarlo. Se debe amasar bastante y luego se coloca sobre las hojas de sanniba, que son la del jengibre (o kion para nosotros). De esa manera van al vapor.

Al ser un emprendimiento de comida, tenemos presencia en las redes sociales, lo cual nos ha permitido conectar y conocer a muchas personas, no solo de nuestro país. Al publicar nuestro nantu, una nikkei argentina se sorprendió de lo colorido de nuestro dulce, que en su país su comunidad no lo hacía así, incluso me comentó que tampoco en Okinawa. Al investigar me di con una sorpresa, el nantu que nosotros comemos en Perú no era igual al de Okinawa.

Buscando información, me encontré que ellos lo hacían de miso, azúcar morena y pasta de maní (jimami, que significa maní de la isla), y se cubre con ajonjolí (semillas de sésamo). También hay los que tienen el camote morado o taro (taanmu en uchinaguchi). Mientras nosotros hacemos uso de colores por medio de colorantes vegetales, los de ellos eran de un solo color, unos marrones por el miso, en otros casos morado por el uso de su camote (batata), diferente al de Perú. En Okinawa tienen una infinidad de variaciones de este dulce con el uso de mango, zapallo y fruta del dragón (pitahaya en Perú). Además de envolver todo con las hojas de sannin, mientras nosotros solo las ponemos por debajo.

Quisiera encontrar una explicación para que nuestro nantu sea diferente al que se come en Okinawa. Lo primero que se me viene a la mente es el verlo cuando era niño, aquel pastelito muy colorido que, cuando te lo llevabas a la boca, era como una goma de mascar, con dulzor acompañado de un olor diferente que le da la hoja, aunque este si te la podías comer y no solo mascarla. Dulce que participa de alguna celebración en nuestra casa, la de familiares, amigos o de algún paisano, llamando la atención por sus colores, el rojo con el ocre y a veces con verde. El color ocre es por el camote que se tiene en nuestro país y el rojo, me imagino, por ser una celebración.

La mayoría de los inmigrantes inicialmente se dedicaron a la agricultura, algunos permanecieron en el campo, en esos tiempos no había la harina de arroz glutinoso que nos trajo la modernidad. El camote no era el mismo de su lugar de origen, de ahí el color distinto, tal vez al usarse en las festividades lo complementaron con colores llamativos. La gran incógnita sería cómo es que en todos los hogares nikkei de Perú lo adoptaron de esta manera, lo que me hace suponer es que nuestra comunidad estuvo siempre centralizada y la mayoría se agrupaban en asociaciones, clubes, grupos de paisanos okinawenses, los shimanchu (del mismo pueblo en okinawense), en Lima, capital del Perú.

En algunos distritos era común ver a familias nikkeis con negocios, muy cercanos unos de otros. En esos tiempos, en el campo también sucedía que sus parcelas eran vecinas, nosotros le decimos chacra (término usado en Hispanoamérica, del quechua chakra), es por eso que muchas familias nikkei se juntaban para una celebración y tanto en el trabajo como para un acontecimiento, los paisanos, vecinos, amigos y familiares se unían para ayudarse mutuamente.

Los hombres se encargaban de adecuar el lugar que iba a albergar a todos los participantes con grandes tableros sobre caballetes para las mesas, acompañadas de largas bancas de madera. Mientras las mujeres, en la cocina, eran las encargadas de preparar toda la comida, uno de estos dulces era el nantu, usando grandes ollas con agua, al fondo unas latas de leche vacías, sobre estos azafates con todos los nantu que alcanzaban en cada tanda, para así cocinarlo al vapor. Ya desde una distancia determinada se podía sentir ese olor característico que le daba esta hoja, se dice, según la creencia en la pequeña isla de Okinawa, estos olores fuertes alejaban los malos espíritus.

En “Chawakí y algo más” el nantu es muy importante para nosotros. En el Perú, cuando se inició la pandemia, se formaron grupos en Facebook para poder comprar y vender productos, formado por nikkei y todas aquellas personas que, sin serlo, aceptaban ser parte de nuestra comunidad. De esa forma nos ayudamos mutuamente, recuerdo una persona pidiendo quién vendiera los nantu, una persona nos recomendó, en ese momento nosotros no podíamos hacerlo, no teníamos las hojas de sannin, por lo que me disculpé a nombre de nuestro emprendimiento. Lo que siguió a mi respuesta fueron varias personas que se ofrecieron a darme la hoja para que pudiéramos prepararlo, nunca pensé que otros nikkei me lo ofrecieran para nosotros beneficiarnos.

Finalmente, la persona que pedía el nantu me ofreció las hojas, incluso la planta para poder sembrarla en mi jardín. Al no tener uno, lo hicimos en una maceta, luego vinieron otras personas que también nos dieron la planta, es por eso que hoy, al verlas en casa, creciendo y aumentando, pienso que ellas representan la solidaridad nikkei en tiempos difíciles como la pandemia, por lo que creo que esta nos trajo lo mejor de cada persona y de nuestra comunidad.

 

* * * * *

Nuestro Comité Editorial seleccionó este artículo como una de sus historias favoritas de serie ¡Itadakimasu 3! Comida, Familia y Comunidad Nikkei en español. Aquí está el comentario.

Comentario de Javier García Wong-Kit

Elegí este artículo porque he encontrado en él un valioso aporte desde su punto de vista histórico, familiar y científico. A través de este alimento esencial de la comida japonesa y nikkei se puede entender la importancia de la alimentación en el proceso de migración, en especial de lo que japonesa en América Latina y su origen en la isla de Okinawa. Creo que podemos aprender mucho leyendo esta historia, no solo de Japón sino también de lo que ocurre en Perú, además de conocer una anécdota de la unión de la comunidad nikkei a través de sus tradiciones y el valor que puede tener conservar sus prácticas para iniciar un emprendimiento familiar como muchos de los que existen entre los nikkei del mundo.

 

© 2022 Roberto Oshiro Teruya

Sobre esta serie

El tema de la 11.° edición de Crónicas Nikkei—¡Itadakimasu 3! Comida, familia y comunidad nikkei—da una mirada a diversas cuestiones, como: ¿de qué manera la comida que consumes te conecta con tu comunidad nikkei?, ¿qué tipo de recetas nikkei se han transmitido de generación en generación?, ¿cuál es tu platillo japonés y/o platillo nikkei favorito? 

Descubra a los Nikkei solicitóhistorias relacionadas con la comida nikkei entre mayo y septiembre del 2022. La votación finalizó el 31 de octubre de este año. Hemos recibido 15 historias (6 en español, 8 en inglés, 1 en portugués y 1 en japonés) provenientes de Brasil, Canadá, Perú y los Estados Unidos, con una historia enviada en múltiples idiomas.

Hemos pedido a nuestro comité editorial que seleccionara sus historias favoritas. Nuestra comunidad Nima-kai también votó por las historias que disfrutaron. ¡Aquí están sus elegidas!

La Favorita del Comité Editorial

 
La elegida por Nima-Kai:

Para saber más sobre este proyecto de escritura >>


* Esta serie es presentado en asociación con: 

     

     

 

Mira también estas series de Crónicas Nikkei >>

Diseño de logo por Jay Horinouchi

Conoce más
Acerca del Autor

Roberto Oshiro Teruya es peruano de 53 años, de tercera generación (sansei); las familias de sus padres, Seijo Oshiro y Shizue Teruya, procedían de Tomigusuku y Yonabaru, respectivamente, ambos en Okinawa. Reside en Lima, la capital del Perú, y se dedica al comercio, en un local de venta de ropa en el centro de la ciudad. Está casado con la señora Jenny Nakasone y tienen dos hijos, Mayumi (23) y Akio (14). Su interés es seguir conservando las costumbres inculcadas por sus abuelos, como la comida, el butsudan y que sus hijos las sigan conservando.

Última actualización en junho de 2017

¡Explora Más Historias! Conoce más sobre los nikkeis de todo el mundo buscando en nuestro inmenso archivo. Explora la sección Journal
¡Buscamos historias como las tuyas! Envía tu artículo, ensayo, ficción o poesía para incluirla en nuestro archivo de historias nikkeis globales. Conoce más
Nuevo Diseño del Sitio Mira los nuevos y emocionantes cambios de Descubra a los Nikkei. ¡Entérate qué es lo nuevo y qué es lo que se viene pronto! Conoce más